Últimamente está muy de moda que las personas bromeen con tener un sugar daddy o una sugar mommy (según sea el caso), ya sabes, esas personas que se encargan de mantener financieramente a su pareja. Y aunque muchos lo toman como un juego, hay hombres que están dispuestos a convertirse en uno con tal de conseguir un poco de amor o tener un heredero, como Sir Benjamin Slade.
Slade pertenece a la nobleza británica y está desesperado por hallar una joven esposa: “te daré mi tarjeta de crédito para que puedas comprar hasta que te caigas”, afirma el hombre. Así que si estabas esperando que tus problemas económicos se resolvieran como por arte de magia, ¡felicidades!, porque él puede ser como tu hada madrina.
El amor no le ha sonreído a Benjamin
El empresario británico se ha dedicado a producir dinero con sus diversos negocios, pero aunque en esto ha tenido suerte, en el amor todo es diferente. Todos sus matrimonios han sido fallidos y a sus 72 años busca a la chica indicada.
Aunque tuvo varias novias, ninguna lo hizo feliz
No porque no lo amaran sino porque la mayoría sobrepasa los 50 años y ya no pueden darle un heredero, porque o no quieren o no pueden tener hijos. Por tales razones se ha presentado en algunos programas de televisión, como Good Morning Britain, para anunciar que está buscando a una mujer que lo acompañe en su vejez y que quiera vivir sin preocupaciones y, claro, que le dé un heredero.
Las ofertas que hace son bastante tentadoras
Tiene un discurso con el que, asegura, puede venderse fácilmente:
Quiero llevarte a lugares exóticos, me encantan las comidas magníficas y me gusta disfrutar de vacaciones secretas.
Pero, además de todo lo que ofrece, no dudará en entregar una tarjeta de crédito para que la chica que acepte compre todo lo que quiera sin tener que pensar en el precio:
Te daré mi tarjeta de crédito para que puedas comprar hasta que te caigas.
Pero no busca cualquier chica, sino una que cumpla con varios requisitos
El primero es que debe tener entre 30 y 40 años; además, no puede medir más de 1.65 metros; debe tener licencia para usar arma de fuego; saber pilotear un helicóptero; y estar preparada para vivir en un castillo del siglo XII… Es decir, que sea algo así como una guardaespaldas, pero que esté preparada para darle un hijo.
¿Te animas?