La imaginación de los niños es tan grande que pueden viajar al país de Nunca Jamás cuando lo deseen o crear su propio negocio millonario. Sí, leíste bien y no hablamos solo de inventar una tiendita, sino una miniempresa como lo hizo un niño en Monterrey, Nuevo León, México.
El pequeño creó una pequeña empresa que nunca se le hubiera ocurrido a nadie: la venta de amigos imaginarios. Lejos de “compartir” a sus amigos, el pequeño empezó a cobrar una pequeña cuota para presentarlos y, al final, ganó más de 20 dólares.
Jorge tiene solo siete años, pero ya se perfila como un gran empresario. Su negocio empezó cuando presumió a otros niños la gran cantidad de “amigos imaginarios” que tenía, incluso mantenía conversaciones con ellos y se reía tanto que a los demás niños les empezó a llamar la atención la situación. Este pequeño aprovechó que el grupo estaba muy atento a lo que él hacía y empezó a presentarlos. Sin embargo, el golpe vino después, al cobrarles una cuota de recuperación para que también se hicieran amigos de sus supuestos “amigos”.
La genial idea, que a muchos les parece una estafa llena de genialidad, surgió porque el niño es fanático del programa Shark Tank, en el que Arturo Elías Ayub y otros magnates mexicanos invierten en pequeños modelos de negocio que son originales, innovadores y rentables.
A nadie jamás se le hubiera ocurrido esta idea y tenemos que admitir que es como dice Elías Ayub: “Es padrísima, me encanta”.
De hecho, es posible que Jorge sea el estafador más pequeño que recordemos. Sin embargo, y como cualquier otro fraude, el suyo también terminó cuando las autoridades del colegio se enteraron y llamaron a sus padres. Eso sí, se quedó con una ganancia de 500 pesos, algo así como 24 dólares, que es posible que después invierta en un nuevo modelo de negocio o quizá en un buen helado y un juguete.
La historia de Jorge resultó tan increíble que de inmediato se hizo viral en redes sociales y muchos aplaudieron su mentalidad de tiburón. En cuanto a su situación actual, bueno, es posible que esté enfrentando varios cargos con la sociedad de amigos imaginarios, no lo sabemos, pero de que su imaginación es grandísima, sí que lo es.