Es cierto que el celular se convirtió en un aparato importante en nuestras vidas, pero hay quienes no lo sueltan ni para ir al baño. Sin embargo, jamás habíamos conocido a una persona como este hombre, quien se puso a revisar su teléfono mientras su novia caminaba hacia el altar.
Los usuarios de redes sociales no se quedaron callados y lo tundieron con diferentes comentarios, desde los que lo defienden hasta los que lo critican. Solo tienes que ver el momento para entonces decidir de qué bando estás.
El novio no lloró al ver a su chica, solo miró su celular
Hace cuatro años, un día como hoy caminé al altar para casarme con el amor de mi vida.
La novia compartió en su cuenta de TikTok un video en el que se puede ver a su novio revisando el celular mientras ella estaba caminando hacia el altar. Aunque ocurrió hace cuatro años y ellos siguen felizmente casados, los comentarios no se hicieron esperar, pues algunos aseguran que fue una falta de respeto y otros hasta llegaron a especular que él se estaba despidiendo de su amante.
¿Él tenía cosas más importantes que hacer que ver el recorrido?
Fue uno de los momentos más importantes y emotivos de nuestras vidas.
Según la novia, él solo tomó el teléfono durante unos instantes y después le prestó la atención que debía. Además, lo defendió diciendo que estaba muy nervioso y que fue una especie de acto reflejo. ¿A cuántos no les ha pasado? Por desgracia, a él le pasó mientras ella caminaba felizmente hacia el altar.
Además de su esposa, algunos otros usuarios lo defendieron
Y mi esposo hizo la cosa más romántica…
Algunos usuarios se unieron al argumento de la chica y lo defendieron, pues en momentos como estos, los nervios están a flor de piel y lo único que logra calmarnos es desviar la atención hacia otra cosa y, desafortunadamente, la más común es dar un vistazo rápido a las redes sociales.
Al final tuvieron su “felices por siempre”
Revisó su maldito teléfono.
Su acción solo duró unos segundos, después prestó toda la atención debida a su futura esposa y todo salió bien. El momento no se convirtió en una discusión y tampoco en un motivo para cancelar la boda, al contrario, la novia solo se lo tomó con humor y le dijo “sí, acepto”. Ambos siguen juntos viviendo su “felices por siempre”… o hasta que a ella se le ocurra una venganza igual de divertida.