Toda pareja de enamorados sueña con el día en que dirán el famoso “Sí, acepto”, logrando así su final feliz de cuento; sin embargo, esto no quiere decir que la regla dentro todas las historias de amor sea uno que involucre un vestido blanco y un pastel de bodas.
Bernardo y Natalia son dos brasileños que, después de su boda civil, anunciaron a la familia que no preparan trajes ni buscaran mesa de regalos, pues no habría fiesta para su boda; en su lugar, los recién casados decidieron viajar a 21 destinos de Sudamérica, Europa y Asia.
Su “luna de miel” duró 5 meses
Bernardo, de 29 años y Natalia, de 28, unieron sus vidas después de siete años de relación, y a pesar de que las circunstancias de la vida, como el trabajo y la escuela los hizo separarse durante algún tiempo, la pareja consiguió, este 2017, unir sus vidas legalmente.
Cansados de posponer planes y sueños, el joven matrimonio descartó la idea de una boda en grande y se propuso a viajar. Para esto, uno de los dos debía renunciar a su trabajo y aunque el primer plan solo incluía la idea de viajar en coche de norte a sur por su país, Brasil, la pareja expandió sus fronteras y decidió que, de una vez, recorrerían el mundo.
Llegaron hasta Tailandia, Vietnam y Portugal, entre otros
Los recién casados supieron desde un principio cómo sería la experiencia, no habría lujos y con lo único que cargarían sería una mochila. Así que después de casarse por el civil, Bernardo y Natalia salieron de Brasil a vivir una luna de miel que duró cinco meses y los llevó desde Sudamérica, hasta Europa y Asia.
Estuvimos conviviendo las 24 horas del día por cinco meses; aprendimos que cada día debía ser un consenso. Hicimos amigos y conocimos gente que estaba viajando igual que nosotros, en pareja. También aprendimos a disminuir nuestra ansiedad, disfrutamos de cada lugar, de cada ciudad y país sin preocuparnos por nuestro próximo destino.
También visitaron Italia, España, Francia y Países Bajos
Otra de las cosas que aprendimos fue a valorar a nuestra familia y amigos. Cuando estamos cerca no nos damos cuenta del verdadero valor de las personas que nos aman. Estamos agradecidos, nos encontramos con personas muy sencillas que estaban satisfechas con sus trabajos y la vida que tenían. A pesar de tener tan poco, siempre se les veía felices.
¿Cambiarías tu fiesta de boda por un viaje así?
El viaje nos hizo madurar y ser mucho más unidos. Llegamos a casa después de cinco meses de recolectar memorias, fotografías y diarios que guardaron nuestra increíble experiencia por el mundo.