Las bodas no solo sirven para que las parejas y los invitados se luzcan con un atuendo espectacular, bailen y disfruten durante toda la noche. A menudo es el festejo de la travesía que los novios cruzaron para llegar a ese día y sellar su amor.
Por desgracia, no todos tienen la dicha de planear y llevar a cabo esa celebración tan ansiada. Algunos solo se conforman con demostrar cuánto se aman cada día, como Rosalyn Ferrer y Rommel Basco, quienes no pudieron tener su boda debido a su situación económica, pero con la ayuda del peluquero Richard Strandz, cumplieron su sueño. Así fue como vivieron su boda sorpresa.
Han estado juntos 24 años
Rosalyn y Rommel han estado juntos por mucho tiempo, soportando todos los obstáculos que la vida les ha puesto. Desgraciadamente, la pareja se vio obligada a vivir en las calles de la provincia de Pampanga, en Filipinas.
Sus hijos son la prueba de que su amor floreció
La pareja tiene seis hijos y desde hace unos años viven en una choza hecha de bolsas y cartones que colocaron cerca de un páramo. Sin embargo, se mantienen juntos, apoyándose entre sí para salir adelante, pues saben que la familia lo es todo.
Se ganan la vida con trabajo duro
Generalmente, tanto ellos como sus hijos recolectan plástico y cartón que encuentran para luego venderlo como chatarra y así ganar algo de dinero. Recientemente, la pareja llamó la atención de un peluquero local llamado Richard Strandz, quien vivía cerca de Rosalyn y Rommel y se hizo su amigo.
Gracias a un ángel, tuvieron su boda soñada
Debido a sus condiciones de vida, nunca pensaron en una boda y tampoco estaba en su lista de prioridades porque apenas tenían lo suficiente para sobrevivir. Pero luego de que Richard escuchara su historia, este decidió que haría algo por remediar la situación.
Les dio un día para festejar su amor
Richard se acercó a varios amigos y les preguntó si podían ayudarlo a preparar una boda sorpresa. No le tomó mucho tiempo preparar todo. Además, les hizo un cambio de imagen, les regaló su atuendo para ese día y una hermosa sesión de fotos.
La boda no fue oficial, pero pudieron disfrutar del momento
Richard no pudo conseguir a un juez que oficiara la ceremonia, pero algunos de sus amigos se ofrecieron a organizar una ceremonia completa, con la iglesia, el cura, el juez y un banquete para que pudieran festejar por todo lo alto.
Se veían más enamorados que nunca
Durante su sesión de fotos, ambos derrocharon todo el amor que sentían.
La novia se veía espectacular
Su vestido, maquillaje y sonrisa fueron los elementos que complementaron su look.
Él también se veía muy elegante
Su traje combinaba muy bien con el vestido de su esposa.
Ahora podrán recordar su boda
Después de tanto tiempo juntos, finalmente pudieron celebrar su día soñado. El mundo necesita más personas como Richard, que puedan darle a las personas aquello que tanto anhelan, sin querer algo a cambio.