Para un niño o niña no hay nada más emocionante que cumplir años, ya sea por la fiesta, por los regalos que recibe, por todos los dulces que podrá comer o por jugar con sus amigos hasta no poder más y, obviamente, los papás harán lo necesario para que ese día sea el de sus sueños -del festejado y de los organizadores- o al menos lo intentarán.
Así fue la historia de Rebecca, una madre de Missouri, que pensando en el tercer cumpleaños de su hija Audrey, le ofreció todas las opciones posibles para el tema: princesas o cualquier otro personaje de Disney, alguno de películas animadas o de las caricaturas de moda, pero solo había uno en la mente de la pequeña: el emoji de… la caquita.
Hacerse a la idea
¡Vaya con la imaginación de la niña! Una fiesta temática totalmente fuera de serie.
“Por meses, cada vez que le mencionábamos su fiesta, Audrey pedía globos y pastel de caquita… Tratábamos de sugerirle otros temas, pero ella insistía en el mismo tema. Así que nos hicimos a la idea”.
Dijo Rebecca.
¡A festejar!
Llegó el día de la fiesta, los globos del sonriente emoticon crearon la decoración perfecta, los invitados jugaron a “pon la caquita” en el dibujo de un excusado; el pastel y la piñata se diseñaron especialmente para la ocasión y la rellenaron con Tootsie Rolls y Kisses de Hershey’s; los invitados se sentaron sobre cojines ruidosos y, por si no fuera suficiente, Audrey y su mamá se vistieron de acuerdo con el tema.
“Cuando Audrey vio mi disfraz, empezó a brincar y a gritar ‘¡mami, eres una caquita!’… Valió la pena la vergüenza que sentía de andar por la fiesta en un disfraz como ese, con tal de verla feliz”.
Rebecca añadió que todos disfrutaron de la fiesta, hasta los abuelos -de quienes esperaban que la cuestionaran- rieron y siguieron la corriente. Aunque continúa sin entender por qué su hija escogió ese tema, de algo está segura:
“Audrey es ella misma… Espero que siempre tenga la confianza que tiene ahorita. Ella es tan graciosa y la mejor hermana mayor”.
¿Y después de la fiesta?
Rebecca quiere que su ejemplo ayude a inspirar a otros padres a dejar de lado los planes tradicionales para hacer felices a sus hijos y no estresarse buscando la perfección.
“Siento que en estos tiempos de Facebook y Pinterest, lo que hacemos es para impresionar a otros adultos… Esta fiesta no fue para mí, fue para Audrey. Me encantará ver las fotos y verla a ella a sus 3 años, mi pequeña graciosa y peculiar”.
Han pasado casi seis meses de la fiesta y esta familia espera algún día poder mostrar las fotos de la graduación de Audrey de la escuela de Medicina, porque la caquita sigue en su mente.