Cuando llegas a casa cansada del trabajo, esperas encontrar a tu pareja para contarle como te fue en el día, discutir de los pormenores del hogar, o simplemente disfrutar de un tiempo a su lado. El problema es que él tiene otros planes; solo llega, se acuesta en el sofá y prende la televisión. En un intento desesperado por llamar su atención, le comentas sobre el clima esperando alguna respuesta, pero de sus labios no sale nada y piensas que lo molestas, así que te vas a otra habitación para realizar tus quehaceres cotidianos.
¿En dónde quedaron esas tardes interminables de pláticas profundas y conmovedoras, donde cada uno hablaba de las cosas que amaban? Se han perdido los detalles y las caricias. La rutina los agobia, cada uno tiene problemas que resolver y no tienen tiempo de consentirse ni de conquistarse como antes lo hacían. Cada uno se concentra en resolver sus pendientes, y lo que haga su pareja deja de ser importante hasta que poco a poco gana la monotonía y todo puede terminar en la temible separación.
El psicólogo de la Universidad de Washington John Gottman y su equipo, se han dedicado a estudiar el comportamiento de las parejas, tanto de las más felices a las mas catastróficas. De acuerdo a la investigación, los pequeños detalles sí importan, y mucho. Identificaron qué cualidades y prácticas hacen que funcionen las relaciones, y cuales son las causas de que sean desastrosas. Encontraron que existe una significativa diferencia entre las relaciones buenas y malas: esos pequeños momentos juntos que invierten en pareja, hacen que ambos se vuelvan más empáticos.
El hecho de que una mujer haga un comentario y no sea respondido por su pareja, puede terminar en una separación, y es que es importante tomar en cuenta cuando uno de los dos toma el tiempo y la paciencia de tratar que la comunicación no decaiga, incluso con un comentario tan superficial como es el estado del tiempo. Estos pequeños intentos son una forma de conectar con tu compañero y son una indirecta para la pareja.
El equipo de Gottman asegura que quien contesta de manera positiva o incluso hace un mayor esfuerzo para continuar la conversación, tiene mejores resultados a la hora de satisfacer las necesidades de su pareja, lo que sirve para unirlos más. A través del tiempo, estos momentos son los que se vuelven significativamente importantes dentro de la relación. Se han identificado cuatro posibles respuestas que la gente utiliza comúnmente cuando sus parejas realizan algún comentario, y cada una puede apoyar o destruir la sensación de seguridad de la pareja.
Como por ejemplo, cuando le comentas a tu pareja sobre el estado del tiempo, él tiene cuatro opciones: una es un simple “sí, hace frío”, la segunda es voltear hacia ti y comenzar una discusión amable, otra es simplemente ignorar tu comentario y la última es pedirte silencio. Por supuesto, la respuesta que mejor convendría sería que él tratara de continuar la conversación.
Poner atención a tu pareja, aunque sea en el más mínimo detalle, te conectará de manera sorprendente, y cuando te pone atención ayudará a que la relación crezca. Cada vez que respondes a tu pareja de manera positiva, inviertes en la salud y la seguridad de tu relación. Como nos dice Gottman, las pequeñas cosas que uno hace por su pareja es lo que hace las grandes diferencias. Al responder a una simple pregunta, estás salvando tu relación y vuelves el vínculo más profundo.