Siempre se ha sabido que uno de los mayores problemas cuando una persona muere es saber cómo será repartidos sus bienes, ya que esto es algo que suele ocasionar muchas peleas entre la misma familia, ya sea por los terrenos o el dinerillo, por lo que es importante tener bien definido en un testamento qué y a quiénes queremos heredar.
Así fue como una perrita border collie llamada Lulu causó furor y envidias al heredar cinco millones de dólares de su fallecido dueño millonario, Bill Dorris, debido a que el empresario estadounidense no tenía familia, por lo que decidió heredar su dinero a la fiel compañera de los últimos ocho años de su vida.
¿Quién era Bill Dorris?
Bill era accionista en una compañía de tinas de baño especiales para personas con discapacidad, no estaba casado ni tenía hijos y, lamentablemente, falleció a los 83 años, no sin antes dejar bien claro su testamento, que estipula que los 5 millones de dólares serían para satisfacer todas las necesidades de su querida perrita Lulu.
La albacea es Martha Burton, una mujer de 88 años que era una buena amiga de Bill y ahora está encargada de Lulu, y aunque la cifra tan grande que su amigo le dejó a la perrita aún le parece sorprendente, ella ya conocía los planes de Bill, pues afirma que la amaba mucho, y la verdad es que sí se nota.
Una herencia muy “perruna”
Cinco millones de dólares serán transferidos a un fideicomiso que se creará tras mi muerte para el cuidado de mi border collie Lulu para satisfacer todas sus necesidades.
Es parte de lo que el testamento señala puntualmente, y aunque la señora Martha dice que será difícil gastar tanto dinero solo para mantener a un perro, lo intentará para cumplir con la última voluntad del empresario.
Aunque el dinero está en proceso de transferencia al fideicomiso, es muchísimo y no se sabe qué pasará con estos fondos una vez que la perrita también fallezca. Esta es una prueba de que muchas personas ven a sus mascotas como un miembro importante de la familia, Mientras tanto, seguramente Lulu es la lomita más rica y envidiada del planeta.
Aunque, tal vez, para muchas personas, esto es ridículo o extremo, la realidad es que cada quien decide qué hacer con su dinero. Además, Bill seguro amaba tanto a su mascota que no quería dejarla desamparada tras su fallecimiento.