¡Oh, la sociedad! ¡Tenemos un pensamiento tan complicado sobre las relaciones! Todo comienza desde que somos niñas, con las películas de Disney que nos hacen creer que estamos destinadas a encontrar un príncipe azul, y continúa a través de nuestra adolescencia con películas donde la frase típica es: “Prefiero morir que estar lejos de ti”. Y luego, ¿adivina lo que sucede? Que aspiramos a un poco más de lo que deberíamos cuando somos adultas.
“¡Fui a la que eligió entre otras 20 para estar con él! Ahora sé que soy especial!” –Yo, burlándome de una dulce chica.
Hay muchos ejemplos sobre esto, tantos, que es difícil simplificarlo. Sin mencionar todas las ‘pautas’ sociales que nos bombardean para llevar nuestra psique hacia la sumisión. Como cuando vas a una boda y tus familiares casualmente preguntan: “Y tú, ¿cuando vas a sentar cabeza?”. O cuando una amiga atraviesa por una ruptura e instintivamente le aseguras: “hay alguien mejor para ti”.
Pero, ¿y si no todos tienen que encontrar una pareja? ¿ Y si algunas personas son más felices cuanto están solteras?
Está bien si decides que prefieres estar sola.
Estar en pareja es una especie de ‘noción radical’ en nuestra cultura. Un resultado inevitable y una meta universal de vida.
Por ejemplo, un estudio realizado en el 2014 por la Oficina Nacional de Investigación Económica en Estados Unidos arrojó que la tasa de felicidad en personas casadas es más alta que en la gente que está sola.
Ahora bien, es posible que hayas interpretado estos resultados de acuerdo con una primera lectura, pero existe otro estudio reciente, de la Escuela de Psicología de la Universidad de Auckland, que cuenta una historia completamente diferente al comparar los niveles de felicidad en un grupo muy específico de solteros y casados.
¿Cómo? Para empezar, ellos tomaron en cuenta algo llamado ‘metas de evasión’ y ‘metas de acercamiento’.
¿Qué son estas metas?
Bueno, lo que motiva a cada persona es diferente. Algunos persiguen un resultado deseado, mientras que otros se preocupan por evitar los resultados indeseables. La gente a menudo muestra rasgos de ambos grupos (acercamiento y evasión), y esto puede cambiar a causa de otros factores de la vida. Pero, en general, las personas caen en uno de estos dos tipos de persecución de metas.
El nuevo estudio mostró que los solteros de bajo nivel de evasión eran un poco menos felices que los casados de bajo nivel de evasión. En otras palabras, las personas motivadas por la consecución de objetivos, que además están casadas, experimentan un poco más de felicidad.
Pero, en teoría, aquellos solteros con un alto nivel de evasión que son felices, podrían muy bien ser miserables en una relación por cualquiera de las razones que la evitan. Así que de acuerdo a las circunstancias individuales, la soltería puede ser la mejor opción para algunos.
¿Qué significa todo esto?
Que algunas personas aman el amor y quieren encontrar su final feliz. Y no hay nada de malo en eso, además de que la sociedad apoya ese modelo. (¡Aún mejor para ellos!)
Pero para los que se preguntan si son ‘raros’ porque prefieren estar solos: no hay nada de malo con ustedes. ¡No dejen que la presión social los obligue a hacer las cosas a su manera, magníficos lobos solitarios!