Las personas siempre esperan ganar la lotería después de comprar un billete, pero la suerte está en donde menos te imaginas; por ejemplo, en el estómago de una ballena, como le sucedió a un grupo de 35 pescadores en Yemen.
Los pescadores se encontraban cerca del golfo Adén, en la costas de Seriah, en Yemen, cuando vieron el cadáver de una ballena flotando. Lo condujeron hacia la playa para ver si podían aprovechar su carne y la grasa, pero lo que la ballena tenía en su estómago era mucho más valioso. Así fue cómo se ganaron la lotería.
Ahora son hombres con una gran fortuna
El ámbar gris es una sustancia viscosa y oscura que a veces también tiene tonalidades parecidas a las del mármol y que se produce en el sistema digestivo de las ballenas. Pero te preguntarás: “¿por qué es tan valioso?”. Bien, porque es un material que se usa en la perfumería como fijador. Normalmente se extraen algunos gramos de las ballenas o si se tiene suerte, este está flotando en el mar o en la arena de la costa. Pero la cantidad tan exagerada que encontraron estos pescadores automáticamente los convirtió en millonarios, pues al venderlo, obtuvieron grandes cantidades de dinero.
Sabían que estaban ganando la lotería
Cuando los pescadores percibieron el olor que despide esta sustancia única, supieron que estaban frente a un gran hallazgo, pues el ámbar gris es considerado como oro puro dentro del mundo de la perfumería. Desde hace algunos años, en Yemen se vive una situación de pobreza, que durante la pandemia se agudizó aun más, así que al vender este producto, seguro que los pescadores mejoraron bastante su economía.
Ya planearon qué hacer con su dinero
La gran cantidad de ámbar gris fue valuada en 1.5 millones de dólares, que tendrá que ser repartida entre 35 personas, pero de igual manera les tocará una gran cantidad de dinero a cada uno. Una vez que recibieron la noticia de cuánto recibirán, algunos anunciaron que usarían el dinero para comprar casas, autos y barcos nuevos para seguir trabajando. Además, donarán una parte a los miembros más pobres de su comunidad.
Estos pescadores fueron muy afortunados, pues solo entre el 1 y 5 por cierto de las ballenas puede producir esta sustancia y casi siempre se trata de una pequeña cantidad. Para ellos, la fortuna llegó cuando menos lo esperaban.