Infidelidades, engaños, violencia, bullying y abuso sexual en las aparentes “vidas perfectas” de cuatro mujeres que viven en Monterey, California (Estados Unidos), son los temas que Big Little Lies, la miniserie de siete capítulos que HBO transmitió con gran éxito, a pesar de los detractores que señalaban lo aburrido y superficial que pudiera resultar un programa sobre la vida de unas mujeres ricas.
La serie, basada en la novela homónima de la escritora australiana Liane Moriarty, producida por David E. Kelley (Ally McBeal) y dirigida por Jean-Marc Vallée (Dallas Buyers Club), se concibió con la idea de una sola temporada con un final cerrado -aunque los rumores apuntan a una segunda temporada-, en la que las historias de Madeline (Reese Witherspoon), Celeste (Nicole Kidman) y Jane (Shailene Woodley) se cruzaran al coincidir con sus hijos en la escuela, generando situaciones que la convierten en una fuerte candidata para los premios Emmy del próximo año. Por eso, aquí te damos cinco razones por las que tienes que verla (si no la has visto) o por la que pudieras ansiar una posible segunda parte.
1. Un reparto incomparable
Contar con actrices y actores de la talla de Nicole Kidman, Alexander Skarsgård, Reese Witherspoon, Laura Dern, Adam Scott o Shailene Woodley, entre otros, debería ser suficiente para, al menos, darle una oportunidad a la serie.
2. Un drama adulto
La naturaleza de Big Little Lies te lleva a explorar lo complejo del mundo de los adultos: el estado mental de las víctimas que viven en una relación abusiva, las personas felizmente casadas que se sienten paralizadas por el resentimiento hacia parejas pasadas o aquellas personas que tienen que salir adelante a pesar de los lastres que traen consigo.
3. Una buena historia con un buen final
A lo largo de los siete capítulos la historia se centra en lo que sucede a cada una de las mujeres antes de la tragedia del episodio final, pero lo mejor de todo es la seriedad con la que se maneja cada una, algo muy parecido a lo que se hacía en Desperate Housewives, con lo que se logra la necesidad de continuar viendo la serie. Y el final es algo que rompe con los clichés femeninos, sin dejar caer el resto de la trama.
4. El soundtrack es adictivo
El tema principal de la serie, Cold Little Heart, de Michael Kiwanuka, te dará la respuesta para tu próximo playlist, y qué decir que todas las canciones de rock, soul y blues de los 50, 60 y 70 que se pueden escuchar; El Rey, Elvis Presley, es el consentido pero también se pueden escuchar temas de Otis Redding, Janis Joplin, Fleetwood Mac, Charles Bradley y The Temptations que acompañan, complementan y amplifican la historia.
5. Los niños también destacan
Los hijos de las protagonistas también juegan un papel trascendental, imitan lo que sucede en sus casas, callan lo que ningún niño debe callar y adoptan posturas que intrigan a sus padres, haciendo que algunas situaciones se compliquen más de lo necesario solo por la incapacidad de comunicación que existe en esas relaciones padres-hijos.
Checa el trailer de la serie:
En pocas palabras, esta serie es algo que, aunque tenga fórmulas ya conocidas, nos sorprende en la forma en que se desarrolla y cierra, por eso es justo decir: ¡tienes que verla!