¿Estás cansada de que no te escuchen y te preguntas si no eres lo bastante clara para que tu chico te ponga atención? No te preocupes más: hemos encontrado la respuesta. Frases como “hablo y hablo y él parece ponerme atención, pero cuando le pregunto me doy cuenta de que no escuchó ni una sola palabra” desaparecerán de tu vocabulario.
Estudios recientes de la Universidad de Sheffield, en Inglaterra, descubrieron que la voz de la mujer tiene tonos más complejos y toma toda el área auditiva del cerebro masculino, lo que provoca que el hombre se sienta aturdido y prefiera “apagarse”.
Según Michael Hunter, autor del estudio, para ellos el escuchar música y una voz femenina resulta prácticamente lo mismo, por el rango de frecuencias. Y no sólo eso, las mujeres hablan en forma “circular” mientras que los hombres lo hacen de forma más directa y sin rodeos. Si queremos que nos presten atención tendremos que ser concretas.
1. Hablarle de lado
Las mujeres siempre hablamos de frente, pero en lenguaje corporal masculino se siente como una agresión o confrontación directa. Pon un poco de atención en cualquier hombre y notarás que siempre hablan en un ángulo de 45 grados. Aplícalo y verás cómo baja su guardia. Estará dispuesto a escucharte.
2. Emplear el “nosotros”
Si piensas discutir sobre algo que no te gusta en tu relación o en su persona, procura siempre involucrarlos a ambos. El distribuir el sentido de la conversación siempre resulta, aún cuando sea un problema sobre su trabajo, y él se identificará contigo. Por ejemplo, en lugar de decir “tienes que resolver esto”, di: “tenemos que resolver esto”.
3. Usar mensajes de texto
El mensaje de texto incluirá la misma información que le darías de viva voz, pero si lo escribes de forma concreta, el tono de voz no lo distraerá y como además, habrás dejado registro de lo que se dijo. Asegúrate de no usar los emoticones en exceso: la mayoría odia lo cursi.
4. Ser clara y precisa
Para evitar el “háblale a la mano porque mis oídos no te escuchan” exprésate de forma breve y directa. No des rodeos. Especialmente cuando estés molesta, procura calmarte y reorganizar tus ideas antes de empezar a hablar sin parar.
La programación del cerebro masculino funciona mediante objetivos, mientras que el cerebro femenino se orienta a procesos. Para un hombre llegar a C significa conseguir A y luego B. ¡Listo! Para una mujer A puede llevar a A1, B, B2, antes de llegar a C. Esa forma de procesar la información no sólo les resulta insoportable: los confunde.
5. “Tenemos qué hablar” es un mal principio
De hecho, es casi un pretexto para olvidar hacerlo. En su interior se pregunta: “¿a dónde quieres llegar con eso?”, puesto que no le indicas acerca de qué va la plática y con seguridad querrá evitar una discusión.
Por otro lado, “¿Ves? Es que tú no me escuchas”, es sin duda un mal final.