No está mal que cuando vas de compras, puedas encontrar productos diferenciados para hombres y para mujeres, sobre todo porque hay algunos que solo usan unos u otros.
El problema llega cuando productos que pueden ser usados por ambos géneros terminan siendo etiquetados “solo para hombres” o “solo para mujeres” y de paso, aparte de enfatizar estereotipos, se vendan más caros solo por ser “creado especialmente para ella”. La lista es larga pero aquí te presentamos unos cuantos ejemplos.