Una de las cosas que da más coraje es querer llevar un pequeño souvenir cuando visitas otro país y que la seguridad del aeropuerto te haga dejarlo por considerarlo “peligroso”. Una pasajera china tuvo la mejor respuesta cuando intentaron que dejara su botella de coñac, y ahora se ha convertido en nuestra heroína.
La mujer de 40 años, conocida solo por el apellido Zhao, llegó al aeropuerto de Beijing para viajar hacia Wenzhou, pero en vez de tomar su vuelo ¡se tomó una botella entera de coñac! cuando el personal de seguridad le prohibió subirla al avión. Después de todo, le había costado 200 dólares y no iba a dejar que otros la disfrutaran por ella.
El aeropuerto tiene algunas sugerencias para cuando no te dejan llevar a bordo algún objeto, como registrar el artículo para llevarlo en una caja provista por el personal o servicio postal para mandarlo por paquetería y que llegue a tu domicilio, pero Zhao decidió arreglar las cosas por su propia cuenta: se sentó en una esquina y bebió la botella completa.
Obviamente la mujer terminó ebria, “se comportaba como loca y gritaba de forma incoherente”, dijeron los testigos; cayó al suelo y ya no se pudo levantar. El piloto y los agentes decidieron que no estaba en condiciones de volar y la llevaron en silla de ruedas a una habitación hasta que se recuperó y pudo comunicarse con sus familiares para que pasaran a recogerla.
Seguramente Zhao quería disfrutar su carísima bebida en la comodidad de su casa, viendo una película, en una cena romántica con su pareja o acompañada de amigos y nunca se imaginó que la tomaría de un solo trago, en un aeropuerto lleno de desconocidos, tirada en el suelo, rodeada de agentes policiales y, lo peor de todo, sin poder abordar su vuelo.
Aun así, esta mujer tiene el alma punk y rebelde que todas queremos. ¡Salud por ella!