Hay remedios para terminar con un mal día: cumplirte un antojo, bailar, escuchar la música que más te gusta o dormir un rato. Además, hay chicas que consideran que ir de compras es la mejor solución para levantar el ánimo.
Más allá del consumismo y el impulso irracional por tener algo, ir de compras es un proceso positivo que aleja tu mente de los pensamientos negativos y te aporta amor propio al consentirte.
1. Planear las compras es relajante
Antes de ir de compras hay que planearlo. Es decir, tienes que armar un presupuesto, elegir con quién vas a ir, las tiendas que visitarás, cuánto te vas a tardar, etcétera.
2. Hay tiendas para todos los presupuestos
En caso de no tener mucho dinero puedes ir a outlets o tiendas de remate; el efecto terapéutico funciona igual.
3. Las rebajas son la mejor sensación del mundo
Cuando ves una prenda con una etiqueta de descuento sientes como si estuviera destinada para ti, y lo más probable es que así sea.
4. Controlar tus gastos te da paz mental
Cuando decides no llevar cosas inútiles a casa tienes tranquilidad emocional. Esto te ayuda a organizarte, sin que nadie te lo diga.
5. Disfrutas de otras actividades
No solo se trata de comprar cuanta ropa o accesorios encuentres, también puedes tomarte un tiempo para tomarte un café, comer crepas, ir al cine o cualquier otra cosa que te apetezca.
6. Puedes echar chisme con tus amigas
Ir sola de compras está bien, pero ir con tus amigas es más divertido.
7. Te arreglas y te sientes mejor
Cuando vas de compras te arreglas más para ir al centro comercial. Esto te da mayor seguridad, te hace sentir bien y aligera tu carga emocional.
8. Pagar te hace sentir poderosa
Esa sensación de pagar en efectivo o crédito y adquirir algo para ti es una emoción parecida al poder.
9. Los espejos grandes son una delicia
Vayas o no a comprar una prenda, el hecho de probártela y verte frente a un espejo gigante es enriquecedor; además, te da una mejor perspectiva del outfit que quieres armar.
10. Dedicarte un poco de tiempo es exquisito
Lo mejor de ir de compras no es tener ropa o zapatos nuevos, sino dedicarte un poco de tiempo a ti misma y recordar a través de los colores de tu outfit quién eres en realidad.