La Navidad no solo trae consigo fiestas y buenos deseos, sino también a nuestra memoria recuerdos del pasado. Como aquella vez que no lograste obtener ni un solo dulce al romper la piñata, las visitas inesperadas, el olor de la cena hecha por la abuela y, por supuesto, los mejores momentos con tus seres queridos.
Pero, sin duda, los mejores recuerdos son los de los regalos que recibimos y que, a pesar de los años, nos encantaría volver a tener entre nuestras manos, solo para despejar nuestra mente de las responsabilidades y volver a sonreír como lo hacíamos antes.