Si bien trabajar como repartidor para alguna de las tantas plataformas de entrega de comida a domicilio tiene algunos beneficios, como la independencia y la flexibilidad en las condiciones laborales, para muchos, el principal inconveniente es el salario relativamente bajo, lo que hace que las propinas sean de vital importancia para ellos. Un aspecto abrumador, dependiendo del nivel de complejidad de cada entrega.
Un claro ejemplo de ello es la historia de una repartidora de la empresa estadounidense DoorDash que se quedó con la comida de un cliente por el simple hecho de no darle una “buena propina”.
El particular suceso fue registrado por la cámara de seguridad del timbre del propietario de la casa, en donde la conductora, visiblemente molesta, solicita hablar con él antes de entregarle su pedido.
Repartidora: Creo que no te has dado cuenta desde dónde he venido, así que necesito hablar contigo.
Cliente: ¿De dónde ha venido qué?
Repartidora: De dónde viene la comida que ordenaste, creo que no comprendes la distancia de dónde viene, de lo contrario, no me habrías dado lo que me diste de propina. Así que deberías venir para discutirlo cara a cara, porque conduje 40 minutos, el restaurante estaba extremadamente lejos y llegué antes de tiempo.
Cliente: No entiendo, ¿de dónde vino qué?
Repartidora: Del restaurante del que ordenaste la comida. ¿Sabes qué tan lejos está? ¿Comprendes que tu pedido es de Carmack y tú vives en Smithtown?
Como ella explicó, la casa del cliente se ubica en Smithtown, Long Island, y el restaurante del que ordenó se encuentra en Commack. Según la repartidora, le tomó 40 minutos llegar por la comida. Sin embargo, el cliente la contradice y le dice que el tiempo del recorrido es menor:
Cliente: Ese es un trayecto de quince a veinte minutos manejando.
Repartidora: No lo es. Deberías conducir ese trayecto, yo lo hice y son cuarenta minutos, son doce millas y media de distancia (20 kilómetros).
El hombre no se quedó callado y le reprochó a la mujer tomar el pedido si consideraba que el lugar estaba alejado. Sin embargo, la conductora le respondió que la aplicación no le permite saber la distancia del destino al que se dirige antes de recoger un pedido y que debería ajustar su propina.
Cliente: Creo que no debiste tomar la entrega al saber que está tan lejos.
Repartidora: No se nos permite conocer las distancias. Así que creo que deberías ajustar tu propina.
Cliente: ¿De cuánto es la propina?
Repartidora: Pusiste una propina de ocho dólares.
La conversación subió aún más de tono cuando el cliente increpó a la repartidora preguntándole: “¿Qué demonios quieres?”. La mujer, molesta, le dice que se llevaría la comida ante la negativa de ajustar la propina y comienza a caminar de regreso a su vehículo.
Repartidora: ¡Está bien! Me voy a llevar la comida. Me voy a llevar la comida.
Cliente: Está bien. ¿Estás bromeando? Son ocho dólares, eso es mucho. ¿Le tomó cuarenta minutos recoger la comida?
El video compartido en YouTube ha sido reproducido más de un millón de veces. Los comentarios de los internautas son, en su mayoría, críticos con la mujer, pues consideran que actuó de manera inapropiada y que ocho dólares de propina eran más que suficientes. Sin embargo, no faltaron aquellos que defendieron su comportamiento.
– Los conductores siempre conocen el kilometraje, el pago, el pedido y la dirección de entrega antes de aceptar el pedido.
– Como conductor de DoorDash, ¡una propina de ocho dólares es buen dinero! No puedo creer que se haya llevado la comida.
– Por eso mi tasa de aceptación en DoorDash es del uno por ciento. DoorDash no paga a los conductores por la distancia.
Un portavoz de la empresa calificó el comportamiento de la repartidora como “inapropiado” y aseguró que la empleada había sido dada de baja de la plataforma:
Cualquier comportamiento que viole la política de tolerancia cero es motivo de desactivación. La Dasher involucrada ha sido eliminada de nuestra plataforma.