La admiración por un famoso en ocasiones rebasa tanto los límites que se convierte en una obsesión. Existen casos en los que algunas personas deciden modificar su cara o alguna parte de su cuerpo para ser idénticas a esa cantante o actriz que tanto quieren, pero exponiendo su salud a niveles inimaginables.
Ejemplo de ello es una chica de 27 años que vive en Los Ángeles, Estados Unidos; su nombre es Jennifer Pamplona y tenía la ilusión de parecerse lo más posible a Kim Kardashian, por lo que no dudó en desembolsar más de 500 mil dólares en cirugías estéticas para lograr su objetivo.
Su inicio en el mundo de las cirugías
Las operaciones cosméticas ya eran parte de la vida de Jennifer desde los 17 años, pero cuando conoció a Kim Kardashian nació la idea de ser visualmente igual a ella: tener sus curvas, su rostro con pómulos marcados y sus característicos glúteos prominentes.
Medio millón de dólares invertidos
Pamplona tiene en su historial más de 20 cirugías estéticas:
- 8 de glúteos
- 2 de eliminación de costillas
- 2 de busto
- 2 rinoplastías
- 2 liposucciones
- Rellenos de mejillas
- Rellenos de labios
- Carillas dentales
- Inyección de grasa en los muslos
- Estiramiento facial
Terribles consecuencias
El abuso de los procedimientos estéticos ha cambiado la vida de la joven de 27 años, pero no para bien. Jennifer acudió a que le colocaran relleno en sus labios y al salir de la clínica se percató de que algo no estaba bien: había dolor y sangrado en su boca. Luego de esta experiencia entendió que tenía una adicción a las cirugías.
Cambio de pensamiento
Jennifer comprendió que lo que se hizo a sí misma no lo puede cambiar, pero quiere que otras mujeres no pasen por eso; ahora espera que su experiencia sirva como un ejemplo de los daños que pueden ocurrirle a una persona que se obsesiona por ser como otra o por querer alcanzar la perfección:
Casi he destruido mi cara y mi salud, todo porque soy una adicta a la cirugía plástica. Recibí una lección: nunca me someteré a una cirugía para arreglar algo que ya es bueno; siempre quiero más y más y casi destruyo mi rostro y mi salud en la lucha por la perfección.
Quiero que mi historia sirva de ejemplo a todas las chicas. Todo fue una pesadilla, pero me alegro de haber recibido mi lección.