El hermano mayor es él que nos molesta, pero también es el que nos enseña lo que es bueno en la vida, mientras que el hermano o la hermana pequeña es la bebé adorable de la familia, por lo tanto, los hermanos del medio tenemos un sólo trabajo: ¡encajar!
Puede ser frustrante para nosotros tener que luchar por un poco de atención de nuestros padres, o tener que “mediar” en las peleas comportándonos como los maduros y pacifistas entre los hermanos.
Sin embargo, estos esfuerzos te han preparado para la vida futura, tanto, que existen buenas razones para saber que ser el hermano o la hermana de en medio te convirtió en una mejor persona.
1. Eres pacifista
Te vuelves capaz de ver ambos lados de una situación y te especializas en que los argumentos de dos personas se vuelvan un ‘ganar-ganar’.
Como resultado de las peleas entre tus hermanos, eres una persona simpática y mediadora, que no elige un bando, pues ves todas las perspectivas. Al ser un o una pacifista, las personas probablemente busquen en ti un buen consejo.
2. Eres muy buena negociadora
Años de que te quitaran el control remoto de la televisión, te han enseñado que en vez de decir un simplemente “sí” por amabilidad y por buscar la aprobación de tu hermano mayor, debes decir “sí, pero ¿qué me darás a cambio?” para conseguir lo que deseas.
Eres consciente de lo que las personas pueden ofrecerte, aunque sabes perfectamente que el mundo no gira en torno a ti ni a tus necesidades, y eso es una cualidad muy inteligente y madura.
3. Sabes cómo elegir tus batallas
Tantos años viviendo las peleas de tus hermanos te han convertido en una persona diplomática que busca justicia, y que ha dejado las cosas sin importancia de lado, lo que te lleva a elegir las batallas que vale la pena luchar y a no desperdiciar tus argumentos con personas que no pueden responder de una manera inteligente.
4. Eres una persona creativa
Tal vez cuando eran más pequeños, tu hermano mayor era una persona deportista y el más pequeño era alguien inteligente y sobresaliente, por eso te las ingeniabas para buscar otros formas de llamar la atención de tus padres. O quizá fueron tus años de adolescente melodramático los que te llevaron a adquirir el gusto por expresar tus sentimientos de una manera artística.
Cualquiera que sea la razón, las personas que tienen estas habilidades son inteligentes y pueden realizar cosas enormes.
5. Eres sencilla
Sabes que no todas las personas te dan un trato especial, por eso no buscas la atención especial.
Te encanta vivir los momentos simples de la vida y disfrutarlos. Si estas con un grupo de personas aprendes a pensar con rapidez y te adaptas a las nuevas situaciones.
6. Eres carismática
Quizá es el resultado de la búsqueda de atención cuando eras niña, pues como hemos dicho, tenías que buscar constantemente la atención de tus padres. Los niños pequeños son vistos como los “encantadores”, pero los niños de en medio tienen más simpatía y encanto con las demás personas.
7. Eres rebelde
No se trata de que seas un persona a la que no le importan las cosas o que esté catalogada como un “rebelde sin causa”, es sólo que no te gusta hacer las cosas igual a los demás pues defiendes tus propias ideas y no esperas seguir a un líder.
8. Eres segura e independiente
Todo ese tiempo que viviste en casa te dio las habilidades para ser autosuficiente y tener la confianza para adaptarte a un grupo.
Eres ingeniosa al momento de tener nuevas oportunidades y has aprendido de los errores de tu hermano o hermana mayor, así como del encanto del menor. Quizá fuiste hasta un poco solitaria, pero aprendiste a no ser dependiente de los demás.