¿Alguna vez te preguntaste qué ibas a estar haciendo al tener 30 años? ¿Pensaste que a esa edad estarías establecida en un hogar con una familia o con un trabajo redituable? ¿O consideraste olvidarte de todo y salir a recorrer y a conocer el mundo, a dormir donde te agarrara la noche… y a vivir al día?
Pues Nikki Misurelli es una joven de 30 años que tomó la decisión de su vida y ha recorrido América y Europa en su motocicleta, disfrutando de lugares, gente y aventuras que probablemente pocos estarían dispuestos a correr. Ella y su motocicleta Honda CBR600RR, modificada para viajes, son el ejemplo perfecto para aquellos que dicen que hay cosas que únicamente los hombres pueden hacer.
“Solo para chicos”
Un día su novio le anunció que haría un viaje en motocicleta desde Alaska hasta Argentina y ella, entusiasmada, se quiso sumar a la aventura, a lo que su novio le respondió:
“No, es un viaje solo para chicos. Es muy peligroso e intenso, y probablemente no lo puedas manejar”.
Pues el viaje “solo para chicos” se convirtió en la experiencia de recorrer sola más de 19 mil kilómetros en seis meses, desde Alaska hasta Panamá, y ahora cada momento lo comparte en sus cuentas de Facebook e Instagram.
También saltó al otro lado del mundo y sobre su motocicleta recorrió casi 9 mil kilómetros en Europa, pasando por Italia, Austria, Eslovenia, Francia, España, Portugal y llegó hasta Marruecos.
Muchos pueden pensar que Nikki ha hecho esto porque le sobra el dinero, pero para lanzarse a esta aventura explica:
“No tengo casa y solo una que otra pertenencia. Saqué todo mi dinero de la jubilación y he vendido casi todas mis cosas. Es sorprendente lo poco que realmente se necesita en la vida”.
A lo largo de sus viajes costea sus gastos con trabajos temporales, viaja con una tienda de campaña, un saco de dormir, una hamaca y algo de ropa; duerme donde puede y le da igual un hostal, una cama, un sofá o la misma carretera. Y aunque sabe que puede pasar por malos momentos, está segura de que hay más gente buena que mala, por eso no siente miedo de andar sola.
¿Qué sigue?
Ella misma se ve como una embajadora:
“Quiero que las mujeres de todo el mundo salgan y puedan viajar solas… Tengo muchas metas y aspiraciones en la vida, pero la más grande es viajar por el mundo. Sueño con ver y aprender lo más posible de esta experiencia; estoy agradecida con mi personalidad social y aventurera porque así puedo disfrutar de estas excursiones. Vivir y viajar no siempre es fácil, pero he descubierto que esto me está haciendo física y mentalmente fuerte, y he aprendido más de mí y de otras personas y culturas. Por eso espero inspirar y motivar a otras personas a amar la vida y perseguir sus sueños”.
Nikki estará trabajando por unos seis meses para tener un presupuesto un poco más flexible y así viajar a Medio Oriente o al norte de África.