Es cierto que después de tener hijos te sientes más cansada, y cuando te miras al espejo pareciera que los años pasaron sin que te dieras cuenta. Pero no se trata solo de tu imaginación: es parte de la naturaleza de convertirse en mamá.
Un estudio de la Universidad George Mason reveló que la maternidad acelera el proceso de envejecimiento, ya que se suman hasta 11 años a la edad biológica. Tal vez esto sea un motivo más para que algunas de tus amigas tomen la decisión de no convertirse en madres.
Ser mamá le suma 11 años a tu edad real
Tus prioridades están enfocadas en el cuidado de tu o tus hijos, provocando que tu salud quede en segundo plano¡ y envejezcas 11 años!
De acuerdo con el estudio, convertirse en madre provoca cambios físicos que van mucho más allá de los nueve meses de gestación. Los pequeños demandan tiempo y energía, lo que se suma al resto de actividades que, como persona, profesionista, amiga, hermana, hija, esposa, etc., se deben cumplir.
Ese desgaste causa un efecto a nivel celular que impide que los telómeros (extremos de los cromosomas) protejan el ADN del envejecimiento, provocando que aparezca de manera prematura. Un ejemplo visible es la aparición de canas, ojeras y mala digestión.
Eres la única responsable de tu salud
En caso de que no tengas hijos debes tener en cuenta que la información anterior no es un aviso para no tenerlos, al contrario, es un llamado de atención para que, al igual que quienes sí los tienen, cuides de tu salud en todas las etapas de tu vida…
- Haz ejercicio
- Ten una dieta rica en antioxidantes
- Mantén tu mente ocupada
- Date tiempo para hacer actividades que te gusten
- Frecuenta tus amistades
A mayor número de hijos, mayor número de canas
Durante las investigaciones, los científicos también encontraron que las mujeres con cinco o más hijos tienen telómeros más cortos, lo que genera un envejecimiento más acelerado. Aunque no se conoce a ciencia cierta cuáles son las causas de estos cambios celulares, el estrés y la falta de sueño podrían ser algunos.
No obstante, aunque la juventud pase a ser una de las cosas que envidies de las mujeres que no tienen hijos, es indiscutible que no cambiarías por nada la felicidad que te da tu pequeño.