Sin duda, uno de los momentos más relevantes en la vida de cualquier ser humano es la primera hora de vida. Recién nos enfrentamos con el mundo exterior del que nuestra madre nos resguardó durante nueve meses, por lo que esos primeros 59 minutos son fundamentales para iniciar un proceso de adaptación que se prolongará toda la vida.
¿Qué sucede durante esa primer hora?
Minuto cero
Después del primer contacto con el exterior, el recién nacido llora. Al mismo tiempo, los médicos revisan al bebé y le asignan una puntuación llamada Apgar que considera diversos aspectos de la salud. La puntuación máxima es 10 y si resulta muy baja, se realiza una intervención inmediata.
Minuto dos
Respira por primera vez para limpiar las vías respiratorias del líquido amniótico.
Minuto dos y medio
Por primera vez abre los ojos. Aunque su vista no es muy buena, tratan de enfocar y poco a poco sus ojos se mueven más. Si el puntaje Apgar es medio se da una segunda revisión para ver si mejora. Un bebé sano tiene una puntuación de 7 o más.
Minuto ocho
Después del esfuerzo y el estrés por el que pasó para nacer alerta, el bebé toma por primera vez una siesta.
Minuto 18
Tras la siesta, el recién nacido realiza sus primeros movimientos, reacciona ante estímulos y muestra reflejo de succión. Después de cinco minutos, toma otra siesta.
Minuto 36
Al despertar, el bebé guiado por el olfato, busca de forma instintiva el pecho de su madre por considerarlo un lugar seguro y de protección.
Minuto 62
Casi al final de su primera hora de vida, el bebé mama por primera vez el llamado calostro materno, que es una leche rica en anticuerpos que ayuda a construir su sistema inmune. Cuando succiona el pezón de su madre, estimula la creación de leche y el útero comienza a contraerse.
Parte de los procedimientos que se siguen posteriores al nacimiento es una inyección de vitamina K para evitar que tenga hemorragias internas y se aplica un ungüento en los ojos para prevenir cualquier infección por bacterias que pudieran estar presentes en el canal de parto.
Todo sucede de forma muy rápida, ya que es fundamental el contacto inmediato entre madre y recién nacido para que se de ese coctel de oxitocina y endorfinas tan necesario para aliviar el estrés al que ambos estuvieron sometidos durante el trabajo de parto.