La maloclusión o mala posición dental se origina por diversas razones, entre las que se incluye una serie de mitos y creencias. Está demostrado que este problema también afecta la forma de comer y hablar de las personas; no solo es una cuestión de estética, sino también de salud.
Entre los factores que influyen para que ocurra este padecimiento están la herencia genética, dificultades posparto, enfermedades como la desnutrición o infecciosas como poliomielitis, hábitos anormales que ejerzan presión sobre los dientes y/o maxilares. Por suerte, los avances ortodónticos pueden ayudar a que ocupen su lugar.