Cada inicio de ciclo escolar era la misma escena: tus papás te pedían que buscaras los útiles que aún podían usarse y tú contestabas que usaste todo durante el año escolar, así que era necesario que te compraran todo.
No había nada como el olor a nuevo de los útiles próximos a estrenar en la escuela, como estos que te hacían sentir que eras lo máximo y seguro recordarás si creciste en los años 90.