A principios de abril, Kourtney Kardashian y Travis Barker sorprendieron a todos al casarse en secreto en Las Vegas, Nevada, Estados Unidos, en una ceremonia organizada en presencia de un imitador de Elvis Presley, que se produjo pocas horas después de su aparición en la alfombra roja de los Premios Grammy.
Sin embargo, al no tener carácter legal, las nupcias en la “capital mundial de las bodas” fueron seguidas, un mes después, por una boda civil en Santa Bárbara, California, donde la estrella de reality y el exintegrante de Blink-182 celebraron legalmente su unión.
Oficialmente “marido y mujer”, en mayo pasado, los nuevos esposos se casaron por tercera ocasión en Portofino, Italia, en una boda íntima a la que se sumaron cuatro días de celebración en compañía de todos sus seres queridos.
Kourtney, de 43 años, y Travis, de 46, tienen hijos de relaciones anteriores, pero se han convertido en una hermosa familia mixta, especialmente después de su boda en Europa.
Kourtney comparte a Mason, de 12 años, Penélope, de diez, y Reign, de siete, con su expareja Scott Disick, mientras que el baterista de Blink-182 es padre de Landon, de 18, y Alabama, de 16, con su exesposa Shanna Moakler.
Sin embargo, a principios de este año, una fuente cercana a la pareja contó a Life & Style que desde su noviazgo, ambos tenían planes de agrandar la familia lo antes posible, incluso antes de casarse.
Por este motivo, la hermana de Kim y Khloé Kardashian se sometió a un tratamiento de fertilización in vitro (FIV). De hecho, durante la primera temporada de The Kardashians, de Hulu, estrenada el pasado mes de abril, Kourtney reveló que estaba intentando embarazarse de su ahora esposo.
Además, algunos episodios fueron grabados en la clínica donde la socialité seguía su tratamiento para convertirse en madre. Sin embargo, recientemente, durante una entrevista para The Wall Street Journal, Kourtney confesó que ella y Travis decidieron poner una pausa momentánea a su intento por embarazarse.
La fundadora de Poosh declaró al diario estadounidense que luego de pasar meses intentando y de sufrir por los cambios de su cuerpo debido al tratamiento, optaron por tomar un descanso de la fertilización in vitro, pero eso no significa que hayan desistido de su intento de tener un hijo juntos.
Comenzamos un viaje de FIV, pero me detuve. Fue demasiado. Me tomé un descanso para concentrarme en nuestra boda y casarnos.
Por otra parte, el pasado mes de julio, una fuente cercana a la empresaria reveló a Us Weekly que debido al susto que la pareja se llevó tras la hospitalización de emergencia de Travis, se vieron obligados a poner una pausa a sus planes de expandir su familia con su propio bebé.