Miles de mujeres alrededor del mundo crecen bajo la cultura de ser educadas para convertirse en madres. Sin embargo, a pesar de que los tiempos cada vez cambian con mayor rapidez y tener hijos ya no es una prioridad para muchas, aún existe un gran número de ellas que mantienen la creencia de que la maternidad no puede ser completa si no es mediante un embarazo.
Hace tiempo, la actriz Sandra Bullock se unió a la lista de celebridades que optaron por la adopción y ahora es una feliz mamá de dos pequeños: Louis, de ocho años, y Laila, de cinco. Sin embargo, a pesar de su felicidad en esta nueva etapa como madre, la actriz protagonista de Bird Box ha declarado sentirse harta de que la gente se refiera a sus hijos como “adoptivos”.
No son “hijos adoptivos”, son hijos y ya
Bullock, quien adoptó a Louis -de tres meses-, su primer hijo ahora de ocho años, y posteriormente a Laila, de un año, quien vivía en un hogar de acogida, habló de su experiencia con la maternidad y la adopción para la revista InStyle:
Vamos a hablar de estos niños como nuestros hijos. Nunca digan ‘nuestros hijos adoptivos’. Nadie llama a un niño ‘hijo concebido sin buscarlo’, ‘hijo de FIV (fertilización in vitro) o ‘salí una noche de fiesta y terminé embarazada’. Solo digan ‘mis hijos’, porque eso son.
La actriz siempre se ha caracterizado por mantener un estilo de vido alejado de los reflectores y redes sociales, pero desde hace ocho años, cuando fue madre por primera vez, la necesidad de mantener su vida personal en privado creció aún más, ya que ahora debía ser mucho más cuidadosa, más allá del qué dirán, porque su maternidad estaba en juego y podía perder a cualquiera de sus hijos.
Cuando adoptas a un niño hay un periodo de tiempo fijado y si algo va mal pueden quitarte a tu hijo. Son seis meses muy delicados y extenuantes.
En más de una ocasión se ha sentido insegura de que le quiten a sus hijos
En 2015 me di cuenta de que los ‘paparazzis’ habían tomado fotos de Laila e incluso estaban siendo vendidas entre los medios sin mi consentimiento. Yo había prometido legalmente protegerla de cualquier situación como esa. Terminé hablando a mis abogados, rogando por que la protegieran.