Recién cumplidos los 22 años de su muerte, Diana, la princesa de Gales, quien dejó una huella irrepetible en la casa real inglesa, sigue dando de qué hablar.
Fallecida el 31 de agosto de 1997 en un accidente automovilístico mientras huía de los paparazzi en París, al lado de su pareja -Dodi Al-Fayed-, la primera esposa del príncipe Carlos de Gales, conocida como la Princesa del Pueblo o la Reina de Corazones, es considerada como un icono de la filantropía en el mundo.
La princesa de las causas humanitarias
En lugar de pasar sus horas en el palacio o en actividades propias de la realeza, Diana Spencer, nacida en una familia aristócrata, decidió aprovechar su condición de princesa para dar visibilidad a causas como los derechos de los niños en países en guerra, ayudó a menores pobres de África, derrumbó estigmas que pesaban sobre la gente con sida y encabezó una campaña para erradicar las minas antipersonas, lo cual le valió obtener el Premio Nobel de la Paz en 1997.
En Bosnia abanderó la Red de Sobrevivientes de Campos Minados
Justamente como parte de la Campaña Internacional para la Prohibición de las Minas Antipersona, Diana de Gales visitó Bosnia. En uno de sus recorridos pidió bajarse en un cementerio local, sin un motivo justificado, en una parada fuera del itinerario.
Una visita extraña
Jerry White era el fotógrafo oficial de Diana y la acompañaba a todas partes. Él captó el especial momento en el que la princesa caminaba entre las lápidas y se topó con la mujer que lloraba sobre la tumba del joven soldado caído en batalla:
Observé a Diana caminar entre cientos de lápidas. Era extraño, ahora que reflexiono en ello. Caminó lentamente entre lápidas y rosales amarillos. Se encontró con una madre bosnia que cuidaba la tumba de su hijo llorando amargamente.
No la conocía, pero consoló a una mujer que lloraba por su hijo
Durante su recorrido en el cementerio, Lady Di vio a una mujer que lloraba desconsolada: había despedido a su hijo muerto en la guerra. Ellas no hablaban el mismo idioma, pero el amor de madre las unió en un abrazo.
El idioma del amor de las madres
Diana no hablaba bosnio, y esta madre no sabía inglés. Simplemente se abrazaron tan íntimamente, tan físico, tan emocional, madre a madre.
Un legado de compromiso y amor
Diana llegó a apoyar a más de 100 fundaciones y organizaciones al servicio de la gente más desfavorecida del mundo, de poblaciones vulnerables y comunidades marginadas. Trabajó hombro con hombro con personalidades como Nelson Mandela, el Dalái Lama y la madre Teresa de Calculta, y a pesar de ser imitada, su esencia humilde y auténtica sigue siendo única e inigualable.