Cada año, Vanity Fair publica una portada con los más grandes representantes de la industria del cine y generalmente la fotografía es tomada por la legendaria fotógrafa Annie Leibovitz. Este año no fue diferente, logró reunir a personalidades como Tom Hanks, Nicole Kidman, Xendaya, Gal Gadot, Oprah y la glamorosa Reese Witherspoon. Todos los ingredientes estaban ahí para lograr la sesión de fotos perfecta, ¿qué podría salir mal?
Resulta que en realidad la foto es casi perfecta, pero si te detienes un poco y la observas con atención, mientras que Reese Witherspoon se ve increíble, acurrucada junto a Oprah, hay algo extraño en ella: es la afortunada que recibió una pierna extra gracias a una terrible edición.