Ser responsable es algo que nos enseñan en casa desde que somos muy pequeñas, pues no solo es un valor muy importante de nuestra personalidad, sino que también nos permite tener un mejor desarrollo en todos los ámbitos de nuestra vida.
Recientemente hemos hablado o escuchado de la responsabilidad afectiva, que es la que busca, ante todo, la claridad en los afectos, nuestras necesidades y las de los otros. Tocamos este tema porque conocimos la historia de David Blanco Blake, un sexólogo que compartió en su cuenta de Tiktok que al ser un adulto responsable con la determinación de no tener hijos, se realizó la vasectomía. Sin embargo, al poco tiempo, su novia quedó embarazada.
David narró que cuando era más joven estaba en una relación con su novia. Él ya había decidido no tener hijos, por lo que se sometió al procedimiento sin avisarle a la chica que iba a realizarlo. Después de algunas pruebas para ver si disparaba salvas, confirmó que en efecto, la vasectomía había sido un éxito.
Un día, la novia le dijo que estaba embarazada, pero el joven pensó que se trataba de un embarazo psicológico, ya que anteriormente había sucedido algo así. Sin embargo, la chica se hizo la prueba de sangre y confirmó que estaba esperando un bebé. Por obvias razones, David se dio cuenta de que la joven le fue infiel.
Cuando David le dijo a su novia que no podía ser de él dado a la esterilidad, la chica no quiso decirle quién era el padre de su hijo. Sin embargo, con el tiempo, el joven se enteró de que ese bebé era de su mejor amigo. ¡Lo engañó con su examigo!
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Lo más triste de esta historia es que hasta el momento, el joven sigue soltero debido a esa experiencia y la exnovia continúa acechándolo cuando él intenta salir con alguna otra chica. De esta historia entendemos que lo más sano para nosotras es alejarnos de quien nos hizo daño, pero también hay que atender esas heridas para que no sean un impedimento en un futuro. Por otra parte, la responsabilidad afectiva también es aprender que soltar es un acto de amor y si fue nuestro error, asumirlo y dejar ir para que la otra persona sea feliz.