¿Cómo olvidar al balón Wilson de Náufrago? La pelota de voleibol que fue el único acompañante del personaje de Tom Hanks en la cinta se quedó en nuestros corazones y se convirtió en un ícono cinematográfico.
A pesar de que la cinta reunió a Tom Hanks con Robert Zemeckis, con quien trabajó con anterioridad en Forrest Gump y le otorgó al actor su quinta nominación al Premio de la Academia, uno de los aspectos más memorables de la película es la extrañamente conmovedora relación entre el personaje de Hanks y Wilson.
¿Qué fue de Wilson?
Si alguna vez te has preguntado qué fue del famoso balón, te informamos que tiene un magnífico hogar, ya que hace unos días fue subastado por la nada despreciable cantidad de 308 000 dólares.
Sin embargo, el balón no se ve exactamente como nuevo. Además de que ya tiene más de 20 años, estuvo bajo el agua durante gran parte de la filmación y la agencia que lo vendió, Prop Store, lo describió como:
Muy desgastado con pintura aplicada para crear una apariencia gastada y sucia.
Además, la parte superior del balón está rasgada y abierta y se le insertaron tallos de tabaco que imitan la apariencia de cabello.
La pelota de voleibol de cuero blanco roto está muy ‘dañada’, con algo de pintura para crear un aspecto desgastado y sucio. Hay una cara marrón oscura y roja en el frente, representando la huella de la mano ensangrentada de Chuck [el personaje de Hanks].
Se tuvo más éxito del esperado
Inicialmente, se subastó a Wilson por 80 000 dólares, pero durante la subasta, al parecer, las cosas se salieron un poco de control, al punto de que la persona que lo compró terminó pagando más de 300 000 dólares por él. ¿¡Qué te parece!?
Para el rodaje de Náufrago, se utilizaron tres pelotas y esta es la segunda que se subasta. La primera se vendió en casi 18 000 dólares poco tiempo después del estreno de la película. Wilson se hizo todo un ícono y la marca deportiva reportó que las ventas se dispararon a raíz de la cinta. La popularidad fue tal que, en cierto momento, se sacaron balones de edición especial con el diseño de Wilson.
Aunque nos pueda parecer extraño gastar tanto dinero en un balón viejo, no cabe duda de que hay piezas inolvidables, objetos que se hacen parte de la cultura popular, y la persona que compró a Wilson ahora es dueña de un pedacito de historia cinematográfica.
En fin, ahí van nuestras esperanzas de una nueva reunión entre Tom Hanks y Wilson. Esperamos que, aunque sea, el dueño comparta alguna fotografía de vez en cuando… ¡Que seas feliz, Wilson!