Inventando a Anna es el más reciente éxito de Netflix, basado en la historia real de Anna Sorokin, una chica que estafó a las élites de Nueva York al hacerles creer que era una heredera alemana con un fideicomiso de 60 millones de dólares.
Para asegurar los derechos de la historia, Netflix le pagó 320 000 dólares a Anna Sorokin, quien salió de prisión el año pasado después de cumplir su condena por hurto, hurto agravado e intentos de hurto agravado, pero a la falsa heredera se le acabó el dinero casi de inmediato.
¿En qué se gastó el dinero?
La respuesta es mucho menos glamurosa o interesante de lo que te imaginas, ya que Anna usó su pago de Netflix para saldar sus múltiples deudas legales. De hecho, la condición para que el estado de Nueva York le permitiera recibir el dinero fue que lo usara para pagarle a sus víctimas.
En 2019, el estado de Nueva York congeló las cuentas bancarias de Anna amparándose bajo la llamada “Ley del hijo de Sam”, que prohíbe a criminales que lucren con proyectos derivados o inspirados por su actividad criminal. Por ejemplo, si se escribe un libro basado en los crímenes de un asesino serial, este no puede recibir ningún beneficio monetario. Sin embargo, como Anna pretendía usar el dinero para pagar lo que le debía a sus víctimas, se hizo una excepción.
De acuerdo con Audrey A. Thomas, abogado de Anna, ella siempre tuvo la intención de usar el dinero de Netflix para, de alguna manera, corregir el daño que causó con sus estafas.
Quiero que se les pague [a las víctimas]. Yo no robé el dinero, pero sí les debo y no voy a argumentar contra eso. Yo no soy así.
¿Hizo bien Netflix en pagarle?
No todo el mundo estuvo de acuerdo con que Netflix le pagara a Anna, ya que lo ven como una especie de “premio” que recibió por robarle a instituciones financieras y a individuos por igual. Una de las víctimas de Anna, Rachel Williams, quien fue muy amiga de la falsa heredera y a quien Anna le robó 62 mil dólares, habló al respecto.
Creo que promover esta narrativa y celebrar a una sociópata narcisista que, además, es una criminal, está mal. Creo que Anna engañó a los creadores para que creyeran que es una persona admirable y especial.
Rachel también vendió los derechos de su historia como víctima de las mentiras de Anna y publicó un libro titulado My Friend Anna bajo un contrato de 300 mil dólares con la editorial Gallery Books. Además, recibió 35 mil dólares de HBO para considerar una serie basada en su versión de los hechos, pero ese proyecto parece haberse estancado.