Heartstopper, el nuevo drama adolescente de Netflix sobre la mayoría de edad, es una adaptación basada en la serie de novelas gráficas de la autora Alice Oseman que ha sido un éxito mundial desde su estreno, batiendo récord posicionándose en el puesto número uno en la lista Trending TV de Variety.
Con tan solo ocho capítulos, la historia de Heartstopper es tan conmovedora y edificante que logra envolverte desde el inicio. Si bien juega un poco a lo seguro y está dirigida a adolescentes de 12 a 15 años, sus personajes dinámicos y profundamente agradables hacen que sea una fórmula ganadora.
Heartstopper captura a la perfección el dulce e inocente proceso del enamoramiento adolescente, las mariposas en el estómago al tomarse de la mano o besar a la persona que te gusta por primera vez de un grupo de chicos de preparatoria que se enamoran unos de otros. Es casi así de simple. Es como Sex Education o Skins, solo que sin las escenas subidas de tono que los niños aún no pueden ver.
Lo anterior, aunado al hecho de que ofrece una representación sin bordes de la vida adolescente y está completamente desprovista de sexo, drogas y cualquier otra idea ilícita que historias del género tienden a mostrar, hacen de esta serie un gran éxito.
La trama gira entorno a Charlie (Joe Locke), un chico dulce que tiene que lidiar con ser el único chico abiertamente gay en una escuela exclusiva para niños. Charlie es amigo de Tao (William Gao) y del tímido Isaac (Tobie Donovan), quienes echan de menos a su amiga Elle (Yasmin Finney), pues se cambió a una escuela de niñas tras haberse declarado transgénero.
Charlie se enamora de Nick (Kit Connor), un chico mayor y atlético que representa todo lo que él no es. Sin embargo, con el tiempo, descubre que tienen más cosas en común de lo que pensaba.
Si bien últimamente, la industria del entretenimiento se ha abierto paso a contar historias que presentan a personajes jóvenes queer, tales como PEN15, Sex eduaction y Love, Simon, Heartstopper destaca de todas ellas por la manera de abordar el sentimentalismo y la dulzura del enamoramiento adolescente.
Los problemas de identidad son secundarios y el impulsor principal de la historia es un par de chicos que se enamoran loca, apasionada y profundamente el uno del otro. Aunque apenas tienen 15 años, están aprendiendo a construir una relación basada en el más puro y sincero amor.
De ahí la importancia de que todos los niños queer vean Heartstopper, pues necesitan comprender que sus sentimientos sobre el amor y hacía quién se dirige ese amor, además de ser perfectamente normales, son asombrosos y maravillosos y que no hay absolutamente nada de malo en ellos, sino todo lo contrario: deben sentirse orgullosos de quienes son y a quién deciden entregar su corazón. ¿No te parece?