Pavlina Melicharova, nacida en Republica Checa, se inspiró en las memorias de Elizabeth Gilbert en Comer, Rezar, Amar cuando decidió dejar un matrimonio que la estaba haciendo sentir infeliz después de dos años y medio de intentarlo con su ex pareja.
Así que dejó absolumente todo en Republica Checa y se lanzó a la aventura de “conocerse a sí misma” ¡viajando sola por el mundo!
“Me di a conocer en redes como ‘la novia viajando’, y me encantó”
Usando un tripié, Pavlina se documenta a sí misma en su vestido de novia y velo, mientras posa frente a diferentes paisajes clave durante sus recorridos por el mundo. Las imagenes son muy cautivadoras por el hecho hasta un poco poético en el que ella deja de comprometerse con un ser humano, para “casarse” con un tipo de amor diferente: el turismo.
“Disfruté del anonimato al no mostrar mi rostro”
En cada una de las fotos, Pavlina sólo se mira por detrás, lo cual crea un aire de misterio en las fotos. Se convirtió rápidamente en un ser sin rostro, esto le da una atemporalidad al momento que vivió retratándose frente a los impresionantes paisajes que conoció en sus viajes.
“El misterio no era mi verdadera meta”
Para una entrevista con el The daily mail, Pavlina Melicharová comentó que el misterio no era su verdadera meta; la verdadera era conocer gente en sus viajes. Decía que mucha gente se acercaba a ella con la curiosidad del vestido, a otros les llamaba la atención todo el proyecto en general; e incluso un par de hombres se atrevieron a pedirle matrimonio durante su experiencia de “la novia viajando”.
“Pero mi verdadero compromiso estaba con la AVENTURA”
A pesar de este compromiso que ella se propuso con la aventura y el viaje, también compartió que ella no se sentía fuera de un radar romántico; al contrario, se sentía más apasionada que nunca.
“Mi mayor prioridad soy yo misma, y no estoy buscando a nadie para casarme; pero no sé, tal vez y conozca a alguien, o alguien está allá afuera esperando por mí, nadie sabe”.
Así fue como visitó India, Tailandia, Nepal, Birmania, Singapur, Turquía, y Malasia; además de otros lugares. Y sí, ella sola tomó las fotos, por si te lo seguías preguntando.
“Quería inspirar a otras personas saliendo de un matrimonio roto”
Pavlina explicó que ella portaba el vestido de novia simbolizando nuevos inicios, esperanzas y para inspirar gente que también estaba saliendo de un matrimonio fallido, para alentarlos a abrazar la vida y realizar sus metas.