Si creciste con padres en extremo estrictos, seguramente viviste sintiéndote una chica en cautiverio, sin acceso a todas las libertades de tus otras amigas, y dando por descartado cualquier posibilidad de llevar un chico a tu casa. Seguramente aprendiste a vivir con esto hasta el día que te tocó salir de tu casa, ¿no es así?
Y aunque seguramente ahora lo recuerdes con risa, en su momento un “no” era la palabra por la que todos los días te levantabas a evadir en tu vida y pelea diaria con tus padres; recuerdas bien a Lizzie McGuire y su frase “tomen una pastilla para relajarse, padres”.
1. Te obligaban a usar la ropa que te regaló tu abuela
Y aunque no te gustaba, la usabas para no herir los sentimientos de tu abuela.
2. A veces llegaste a pensar que tus papás disfrutaban decirte no
Te daba un poco de miedo pensarlo, pero incluso pudiste llegar a notar una pequeña sonrisa tras su “no”.
3. Pedirle permiso a tu mamá frente a sus amigas no era una buena opción
Si en privado ya sabías la respuesta que te daría, frente a alguien más sería solo “enojar más a la bestia”.
4. A la hora de un regaño siempre era sí a todo
y sin derecho de réplica.
5. Tú hora de llegada siempre era justo cuando la fiesta se ponía mejor
Mientras empezaba lo bueno de la fiesta, te ponías triste porque sabías que en poco tiempo tenías que regresar a casa.
6. Te tocó un poco de chantaje emocional de madre a hija
Tu mamá se ponía dramática por cosas sin mucha importancia, o al menos para ti.
7. Siempre fue una victoria estar despierta hasta las 12 en viernes
8. Tener que explicar cada detalle de una salida para pedir permiso era una completa tortura
Y peor si tus amigos cambiaban los planes de último momento, pues tenías que volver a donde empezaste con tus padres.
9. Cuando el profesor quería hablar con tus padres
“Es mi fin, amigas. Quiero despedirme de cada una de ustedes y repartir mis cosas, a donde voy no necesitaré de nada más”.
10. Entre más crecías, más vergüenza te daba decir: “debo platicarlo con mis papás primero”
11. Ni por error dejarías que una de tus amigas le contestara a tus padres si te decían que no en frente de ella
“Sr. Stratford, es sólo una fiesta”…. y a ella no la regañarían como a ti después de que se fuera de tu casa, “gracias… amiga”.
12. Y tal vez por eso te morías de miedo al ver a una de tus amigas hablándole mal a sus padres
13. Tener que explicar una situación antes de que tus padres perdieran la cabeza
Desarrollaste un talento impresionante diciendo la mayor cantidad de palabras posibles antes de que tus padres te llamaran por tu nombre completo; muchas veces lograste calmarlos, pero no siempre funcionó.
14. Cuando algo remotamente sexual sale en television y estás con tus papás
15. Sin importar lo estrictos que tus papás fueron contigo, sabes que son las mejores personas del mundo
Los admiras tanto, pues entre más creces más valoras cada vez que cuidaron de ti.