En un mundo donde seis de cada 10 personas no pueden andar por la vida sin lentes, y aunque en los últimos años se han puesto de moda más como accesorio, lo cierto es que usar anteojos no es tan glamoroso como algunos podrían creer.
Quienes somos casi tan ciegos como un murciélago, pasamos por situaciones a veces vergonzosas, otras tan cómicas y algunas más que son inclasificables, que solo quienes tienen la misma condición entenderán.
1. Básicos para ligar
Y no por la forma en la que te ves con ellos, sino que ligar con alguien sin ellos es lo más parecido a un acto de fe, y no te queda más que confiar en que no sea tan diferente al ponértelos.
2. Ese momento devastador
No hay peor sensación que cuando te sientas encima de ellos. Primero escuchas un sonido aterrador, te levantas como en cámara lenta y deseas con toda el alma que no estén rotos.
3. Todos quieren usarlos
No entiendes por qué a todo mundo le parece simpático tomar tus lentes y ponérselos para ver ‘qué tan ciega estás’.
4. El infierno en vida
Es lo que vives por la mañana cuando olvidas quitarte los lentes de contacto la noche anterior.
5. No siempre se puede tener todo
Cuando no te alcanza para pagar unos lentes para sol graduados, esta es una escena tristemente conocida.
6. El sudor no es tu amigo
Tratar de lidiar con el sudor que hace que tus lentes resbalen todo el rato que estás en el gimnasio es aburrido. Mucho más que las repeticiones en los días que trabajas pierna.
7. Idea millonaria
Serías la más feliz con algo así en temporada de lluvia.
8. No sabías qué tan ciega estabas
Hasta el día en que todo fue más claro.
9. 3D no es bonito
Realmente debe gustarte mucho una película como para verla en 3D porque implica usar dobles lentes y no es algo cómodo.