Desde que llegaste a la pubertad la historia va más o menos así: llegas a cualquier tienda departamental o zapatería, eliges los zapatos que te gustan, los pides y te dicen que ese modelo (y cualquiera, en realidad) sólo llega hasta uno o dos números menores que el tuyo.
Todo eso ha hecho que cada vez que alguien menciona la palabra “compras” corras despavorida a esconderte, porque es como una pesadilla y si vas acompañada es aún peor. Querida mujer de pie grande, aquí te entendemos y por eso compartimos algunas de tus grandes batallas.