Tener uno busto grande y un cuerpo perfecto es el sueño de muchas mujeres. Lo que no saben es que así como atraerán cientos de miradas, al mismo tiempo tendrán múltiples desventajas, desde dolores de espalda hasta las incómodas preguntas que día con día tendrán que soportar.
Si tú eres del club de las chicas a las que la vida no nos favoreció con dos grandes amigas, no seas envidiosa: mejor agradece todas las preguntas incómodas que te estás evitando. (Y si conoces a una chica con una gran delantera, por lo que más quieras, evita hacerle alguno es estos comentarios).
1. “¡Qué envidia! Me gustaría que mi busto fuera igual de grande que el tuyo”
–¿Ah, sí? ¿Estás dispuesta a soportar dolores de espalda, o el no poder encontrar un sujetador que te guste y sea del tamaño adecuado?
2. “Está bien, en realidad, no tan grandes”
–¡Wow, en verdad me encanta que hayas llegado a esa conclusión!
3. “En serio, ¿puedes compartir un poco conmigo?”
–Sabes que eso nunca va a suceder, ¿verdad? Pero sí, claro, ¡en tus sueños!
4. “¿Sabes cuántas cosas caben en una de las copas de tu gran sujetador?”
–¿Un elefante gigante? ¿Una ballena jorobada? ¿El monte Everest? ¿El iceberg que hundió al Titanic? No, no sé que es lo que cabe en una copa de mi sujetador.
5. “Creo que deberías considerar usar sostenes un poco más llamativos”
–Lo siento, realmente prefiero tener un sostén que me cubra todo y le de el apoyo necesario a mis pechos.
6. “¡Deja de taparlas! Si yo tuviera unas amigas grandes como las tuyas las presumiría todo el día”
-Realmente no sé si el mundo está preparado para conocerlas.
7. “¡Wow! ¡Tu busto está muy descubierto está noche!”
–¡Oye, decídete!
8. “¿En verdad te estás quejando por tener busto grande?”
–Sí, y me quejaré siempre. Hacen que me duela la espalda, el sudor se acumula en ellos, y nunca puedo comprar ropa bonita. ¿Quieres otra razón?
9. “¿Que talla de blusa quieres que te compre?”
–¡Es imposible para mí saber el tamaño que mejor se ajuste! ¡Tengo que probármela primero!
10. “¿Cuando estás aburrida te has puesto a jugar con ellas?”
–Umm… Sí, en realidad a veces lo hago.
11. “¿Qué harás cuando empiecen a colgarse?”
–Ir sin sujetador todo el día. ¡Sí, eso haré! Ellas merecen ser libres.
12. “Entonces, ¿cuánto crees tú que pesen?”
–¡Espera un segundo, voy a la carnicería a pesarlas!
13. “Apuesto a que ese vestido sin espalda se te vería genial”
–¿De verdad crees que sería genial enseñar mi sujetador?
14. “¿Por qué no usas ese lindo brasier strapless?”
–Hasta que ellas aprendan a quedarse en su lugar, eso no sucederá.
15. “¿Alguna vez has perdido alguna cosa ahí?”
¡Uff! *Suspiro*
16. Literalmente nadie te puede decir algo sin hacer contacto directo a los ojos
–¡Hey, amigo! Mis ojos están aquí arriba, ¿ok?
17. “¿No has pensado en reducirte la talla?”
–¿No has pensado en dejarte de meter en lo que no te importa?
18. “¿Por qué no usaste un brasier sin tirantes para ese vestido?”
–No quiero que la gravedad las hagan salir de su lugar.
19. “Hoy empezaremos la rutina de ejercicio con unos saltos”
*Se agarra sus amigas con las dos manos y se prepara para la tortura*
20. “Esas grandes cosas probablemente son una almohada”
–Tú nunca lo sabrás. ¡Bye!
21. “Maldita sea, ni siquiera caben en mis manos”
–Bueno, entonces jamás intentes tocarlas.
22. “¿Sabes? Yo siempre he preferido las chicas con busto grande”
*Aplaude fuertemente*
23. “Ohh, trata de tener esa linda blusa abotonada”
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–Ya hemos hablado antes de eso ¿no?, es casi imposible.
24. “Tiene el busto perfecto para usar esa prenda”
–Me importa un carajo si es perfecto para ese vestido, blusa o traje de baño. Acaso tu vas por la vida vistiendo tu busto: ¿No, verdad?
25. “Pero, de verdad, ¿son reales?”
–¿En verdad me estás preguntando eso? ¡Ya te dije 2342354234 veces que sí son reales! ¡Deja de preguntar!