Cuando eras niña lo único que querías era crecer para divertirte en la universidad, trabajar en lo que siempre habías querido, tener dinero para salir con amigas y comprarte ropa, tener tu propio departamento lejos de las reglas de mamá y papá.
Ahora que has crecido lo que quieres es volver a ser una niña, cuya única preocupación era aprender a escribir y comerte las verduras. ¿Por qué nadie te preparó para la difícil vida de adulto?