Tatuar a una persona es una responsabilidad enorme, después de todo será una marca permanente en su cuerpo, así que tiene que ser lo suficientemente linda y bien hecha para que no se convierta en el peor error de su vida. Una buena manera de saber si un tatuador hizo un buen trabajo es comparar algunos de sus diseños con la imagen real, si se ven lo más parecidos con la foto entonces es bueno; si no es así, lo mejor es darte media vuelta y salir corriendo de ese lugar.
Si no crees que este método funcione, entonces tienes que echar un vistazo a esta compilación de pruebas. Aquí encontrarás desde una versión extraña de Avril Lavigne hasta un tigre que parece haber sido dibujado por un niño; no, espera, el niño pudo haberlo hecho mucho mejor. Es una lástima que algunas personas tengan que lidiar con estos dibujos toda su vida, o al menos hasta que tengan dinero para pagar una eliminación con láser.