La Navidad es una época para recordarle a nuestros seres queridos cuánto los queremos y hacerles saber que pensamos en ellos. Pero la familia Bergeron tiene una manera poco convencional de felicitar a sus familiares en estas fechas decembrinas: ¡enviar postales ridículas!
Hace 16 años la familia californiana comenzó esta divertida tradición para divertir a sus conocidos al recrear familias estereotipadas. Al principio solo eran Mike y Laura, pero cuando nacieron sus hijas, Gigi y Juju, no se salvaron. Estas son las divertidas postales que han estado enviando a su familia durante casi dos décadas.
Que Santa le traiga un tónico capilar a este hombre, o un sombrero (2003)
Elegimos esta foto porque nuestras caras no tienen precio, aunque no se ve el megaaumento de pecho de Laura. Le tuve que explicar a la fotógrafa que quería la luz encima para que pareciera que me estaba quedando calvo. Se sorprendió porque no sabía que estábamos disfrazados.
La peor familia de la historia (2004)
Nos ofrecieron volver cuando ‘tuviéramos al bebé para hacer las fotos’. Yo, sonriendo porque no se habían dado cuenta de la broma, expliqué: ‘en realidad no está embarazada, si lo estuviera no la dejaría fumar ni beber. Y, como puede ver, no tengo ese corte de cabello. Es para una tarjeta de broma’. La gerente se quedó pasmada, pero la cajera se asomó, vio la foto y me dijo: ‘¡esto es genial!’. Cuando me fui la gerente seguía confundida.
No podían faltar los tíos incómodos de la familia (2005)
Quería sacarle partido al hecho de estar calvo, así que le pedí a Laura que me rapara los poco pelos que me quedaban en la cabeza y nos hicimos estas fotos. Le decía a la gente excusas como que me había unido a un culto o que era para parecerme a Vin Diesel.
Que cada Navidad sea especial (2006)
Un amigo trabajaba en un estudio de fotos y cuando algún retrato familiar era particularmente divertido, imprimía una copia y la pegaba en su casa. Había una que era tan incómoda pero muy divertida que siempre la recordaré. La tarjeta de este año es nuestro intento de recrear aquella.
Su propia versión de Gótico americano (2007)
Nos disfrazamos para la foto y compramos una horqueta y todo. Pero como el original es una pintura pensamos que era mejor manipularla un poco para que nuestra foto también lo pareciera. Fue difícil y nos tomó mucho tiempo porque no somos diseñadores gráficos.
Que pasen una feliz Krishnavidad (2008)
Este año lo planeamos más tarde y con menos tiempo. Ojalá hubiéramos traído flores.
Feliz Navidad, bato loco (2009)
Esta es mi favorita. Tiene un aspecto tan real que es especial. A Laura le daba vergüenza pasear por el centro comercial con este aspecto, pero le dije: ‘míranos, nadie se va a meter con nosotros’. Y tenía razón, nadie se atrevió siquiera a mirarnos.
Mentira, estos son los tíos MÁS incómodos (2010)
Esta tarjeta representa lo que queríamos conseguir desde el principio. Nos inspiramos en esas fotos navideñas familiares tan incómodas que ahora son tan populares en Internet. Queríamos llevar esa incomodidad a otro nivel. Además, siempre quise intentar peinarme el cabello así sabiendo que me iba a quedar calvo y aquí quedó captado en toda su gloria para siempre.
Que Santa les traiga cera para depilar (2011)
Creo que esta la pudimos haber ejecutado un poco mejor. Es divertida y Gigi le da un toque adorable, pero este concepto pudo haber llegado más lejos.
No es una etapa, mamá (2012)
Chicas, este es su legado. Acéptenlo.
Volviendo a los años 80 (2013)
Miren qué bien lo hacen Laura y Gigi… y Juju protestando. Me siento bendecido.
Una Navidad al revés (2014)
No sé si alguien dudó en algún momento de que Laura y las niñas no eran caballeros, pero les aseguro que mi presencia incomodó a mucha gente mientras esperábamos para las fotos. Lo más difícil fue encontrar unos zapatos que me quedaran. ¡Hasta me afeité las piernas!
Ese año no hubo regalos de Navidad (2015)
Mis zapatos: $850. Los de ella: $950. Pasar las Navidades con los Bergerons no tiene precio.
La familia redneck no podía faltar (2016)
Las niñas empezaron a llamarme ‘Primo Jerry’ y empezamos a imaginarnos cómo era ese personaje, así que parecía normal dedicarle una tarjeta rodeado de su familia. ¡Gigi le da el toque perfecto!
Olvidaron el protector solar (2017)
Este año tuvimos una idea distinta y contratamos a un fotógrafo en la playa. Es un guiño a esas tarjetas de vacaciones que te dicen: ‘mira cómo nos tostamos en el sol en este paraíso tropical mientras tú te congelas el trasero. ¿No te damos envidia?’.
¡Tiembla, Honey Boo Boo! (2018)
Este año quisimos sacarle más partido a lo adorable de las niñas y dejar lo ‘rarito’ a los adultos. Gigi iba diciendo a todo el mundo que éramos famosos. Tras hacer varias poses les enseñé las fotos de otros años al personal del estudio y uno de ellos dijo que las había visto en Internet. Parece que somos famosos de verdad, en cierto modo.