Lo cierto es que, a pesar de los recuerdos lindos que conservamos de los días del jardín de niños, no todo fue siempre miel sobre hojuelas. Aunque la hora de la siesta fuera maravillosa y el proceso de aprendizaje se llevara a acabo siempre con juegos, todos experimentamos el impacto del cambio de la tranquilidad del hogar por el ajetreo del primer día de clases.
La mañana de su primer día de clases, esta pequeña estaba impaciente por conocer ese mundo nuevo del que tanto le hablaron, en el que haría nuevos amigos y jugaría todo el día, cuando sus padres decidieron inmortalizar el momento con una fotografía. Muchos nos identificaremos con las expresiones antes y después de su primer día en el colegio; parece imposible de creer que en apenas unas cuantas horas su perspectiva cambió por completo.