Tener hijos es una de las experiencias más maravillosas que los seres humanos pueden experimentar. Los niños llenan de alegría y vitalidad nuestros días. Tienen una increíble curiosidad por descubrir de qué se trata el mundo, por lo que su sed de aprendizaje es simplemente sorprendente.
Lo que no resulta realmente interesante de ver son las travesuras o las ideas malvadas que tienen durante el día para destruir todo lo que se encuentra a su paso. Esas son las situaciones que vuelven loco a cualquiera que tenga hijos. Sólo basta con ver cómo destruyen un juguete nuevo o cómo tratan de decorar las paredes para que sus padres se sientan amargados por un momento. Aún así los niños son maravillosos y todas sus travesuras quedarán como anécdotas con las que podrán reír al recordarlas.