Te encuentras sentada en la mesa de un restaurante con un grupo de personas, minutos más tarde, todos hacen su pedido y luego comienzan a platicar. Cuando llega la comida, cada uno tiene una forma distinta de ingerir los alimentos, pero de pronto notas que algo no está bien.
Hay personas que cometen verdaderos crímenes a la hora de comer, y tal vez te saquen de tus casillas cuando notes que puso demasiada salsa o mucha sal. Estos son algunos ejemplos de gente a la que definitivamente no se le puede confiar la comida.