Tener un nombre común tiene sus pros y sus contras. Lamentablemente por el momento solo hemos podido rescatar una cosa positiva en la lista: todos entenderán tu nombre cuando te presentes por primera vez. Sin embargo, hay tantos puntos en contra que podríamos preparar un café y tener una larga charla al respecto.
Marías, Anas, Karlas, Guadalupes, Alejandras y demás chicas, este listado va para todas ustedes que han sido víctimas de los apodos solo por compartir su nombre con otras cinco personas en la misma clase, oficina e incluso en la familia.
1. Compartes nombre con 4 personas más de tu clase
No importa si te cambias de salón o si pides tomar otra materia, siempre compartirás nombre con al menos una persona. Por lo cual tus maestros terminan llamándote por tu apellido.
2. Odias que te pregunten por qué tus padres eligieron ese nombre
¿Crees de verdad que este nombre que comparte la mitad de la población femenina de este país va a tener una historia interesante detrás? ¿De verdad lo crees?
3. Existen cien diminutivos de tu nombre
Por ejemplo, si te llamas Ana, sabrás que aunque tus padres buscaron lo simple y natural, la gente te dirá: Anita, Aniux, Any, etc.
4. Los famosos te escriben canciones sin conocerte
Aquí las Marías del mundo fueron demasiado felices.
5. Creen conocerte solo por tu nombre
¡Vaya! Todas las Alejandras que conozco son un poco… raras.
6. No saben cómo registrar tu número en el móvil
Y si mejor me dices tu apellido porque ya tengo otras tres personas que se llaman Guadalupe registradas en el móvil.
7. Sabes que tu nombre fue una moda pasajera
Pero el hecho de que tus papás hayan estado a la moda en una época pasada no te causa orgullo alguno.
8. Lo peor que te puede pasar es tener un apellido igual de común
Si a tu nombre común se le une un apellido común como Martínez o Hernández, estás condenada al olvido. Mejor búscate un nombre artístico.
9. Tu nombre apareció en más de mil etiquetas durante está promoción…
Llegó un momento en el que ni siquiera lo buscabas, de una manera casi predestinada el refresco con tu nombre aparecía en tus manos.
10. Te has ganado más de un apodo
Hay tantas Claudias en tu familia y en tu círculo de conocidos, que tus más allegados han optado por darte un nombre a través de un apodo como: galleta, chaparra, morenita, etc.
11. Encontrar un nombre de usuario en Internet es complicado
Incluso se vuelve en una batalla titánica.
12. Siempre estarás agradecida con tus padres
Gracias papás por ponerme el nombre más común de la historia. Ahora podré compartir mi nombre con otras personas por una eternidad.
13. Tu nombre te ha hecho desconfiar en las personas
Sí, cada vez que escuchas que alguien grita tu nombre evitas voltear y que te digan: “no, tú no, la otra Ana”.
14. Ir a Starbucks es toda una odisea
En más de una ocasión has bebido el café que no pediste solo porque tenía tu nombre.
15. Llegar a un lugar donde nadie tiene tu mismo nombre es…
La sensación más hermosa del mundo. Esto te hace ser la chica única, aunque en el fondo sabes que existen más de 3 mil Fernandas.