Es común que los influencers compartan reseñas de ropa, tintes, productos de belleza y hasta restaurantes, pero hay que aclarar que la mayoría de estos son comprados por ellos mismos, o bien, proporcionados por comercios o marcas específicas y no suelen obtenerse gratis ni a cambio de un like o follow, tal y como trató de hacerlo la siguiente chica.
Resulta que una influencer, de la que no se ha revelado el nombre, solicitó al Restaurante AQ, en España, que le proporcionara comida gratis a cambio de una buena reseña sobre su servicio y sazón. Lo que parecía un plan perfecto terminó por ponerla en jaque frente a todo internet, pues el restaurante contestó de manera épica y muy educada a su nada agradable solicitud.
De acuerdo con las capturas de pantalla y la información proporcionada por el restaurante, la chica ofrecía hacerle una visita, comer gratis y, posteriormente, hablar bien del restaurante con sus seguidores para motivarlos a asistir y disfrutar del menú.
Sin embargo, esto no fue del agrado del dueño ni de los empleados del lugar, quienes de inmediato dieron una contestación épica a la fallida solicitud. Dejaron en claro que ellos no necesitan publicidad alguna, pues sus platillos, servicio y calidad hablan por sí mismos.
Pues la verdad es que no hacemos publicidad en ningún medio desde hace 14 años.
Que venga a comer a nuestro restaurante gratis y que nos publicite no nos parece que sea ni necesario ni positivo, seguramente atraerá a más personas a pedirnos gratitudes. En los 16 años del restaurante han pasado los mejores críticos del país y siempre han opinado (bien, por cierto) lo que les ha parecido y, por supuesto, pagando.
El País, El Mundo, La Vanguardia, El Periódico, Guia Michelin, Guia Campsa, Conde Nast, Revista Cuina, además de los más importantes blogueros de gastronomía han pasado por aquí pagando.
No quiero ser descortés con usted, pero en los tiempos que corren, después de la pandemia mundial y de tener el restaurante cerrado y con restricciones, venir a pedir comer gratis me parece que muestra falta de empatía y oportunismo por su parte.
Vaya usted donde quiera, pague lo que le toca (como hacemos todos) y opine lo que quiera. ¿Qué pasaría si viniese y la comida fuera basura? Sus seguidores se merecen una opinión libre, ¿no cree?
Saludos.
La respuesta del restaurante logró poner en su lugar a quien trataba de comer gratis y, de paso, le dio toda la popularidad que no buscaba pero que sí merecía, pues en todo momento sus empleados se mantuvieron firmes, elegantes y asertivos.