Seguramente has escuchado la frase “simio no mata simio”, que hace referencia a que entre iguales no se permiten traiciones. Esto es aplicable en muchos espacios, pero es más común entre pandillas, que se rigen por estrictos códigos de amistad y lealtad.
En muchas ocasiones, hemos tenido la oportunidad de corroborar la existencia de estas reglas no escritas, pero con ayuda de la siguiente historia nos vuelve a quedar claro, pues, por más extraño que parezca, el momento en que un asaltante se da cuenta de que le está robando a un amigo quedó inmortalizado en video.
La bizarra situación, que según algunos usuarios sucedió en Argentina, fue captada por una cámara de seguridad que se encontraba afuera del domicilio del joven que observamos en la grabación. En esta nos percatamos de que antes de que el hombre pudiera ingresar a su hogar, una moto se acerca a toda velocidad con la intención de asaltarlo.
Pero en un abrir y cerrar de ojos, el desenlace de la historia cambia totalmente, ya que la que pintaba para ser la típica historia de robo termina siendo un bello momento de reencuentro entre el forajido y el asustado joven. Y no solo entre ellos, pues también el conductor de la moto es conocido del afortunado chico.
Que hermosa que es la amistad pic.twitter.com/qtvOX4e8Da
— Google Bizarro (@google_bizarro) December 29, 2022
Lo que más llama la atención del clip es el hecho de que el ratero baja con el arma en mano de manera completamente amenazante, pero en cuestión de segundos saluda de forma supercasual a su amigo, al que luego abraza como si momentos atrás no le hubiera apuntado con una pistola.
La grabación fue compartida por la cuenta de Twitter @google_bizarro, mismos que ya la habían viralizado años atrás, pero que decidieron que era un buen momento para traerla de regreso. A continuación te dejamos algunos de los comentarios encontrados en la publicación:
‘Solo en la Latinoamérica se ven estás historias románticas’; ‘No es tan raro, nunca roban a la gente del barrio, es ley en Latinoamérica’; ‘Como mi Santa abuela decía: perro no come perro’.