Aunque les cuesta un poco más de trabajo, los adultos pueden adaptarse más fácilmente a los días de encierro, después de todo comprenden que existe un virus que puede ser letal… Bueno, la gran mayoría, claro.
Con los niños es totalmente diferente, se les puede explicar una y otra vez que tienen que quedarse en casa, hacer actividades con ellos para entretenerlos, leer un libro, cocinar o enseñarles un pasatiempo, y quizá funcione los primeros días, pero después llegará un punto en que la locura los atacará y comenzarán a realizar las peores travesuras jamás vistas.