Pasar un día en la playa bronceándote es, sin duda, uno de los placeres más grandiosos, porque puedes recostarte y relajarte durante horas y una vez que vayas a casa, te darás cuenta de que tu piel tiene un efecto color bronce muy hermoso. Pero ten cuidado, ya que no siempre puede resultar como lo esperabas y Leanne Gresty es la prueba de ello.
La mujer de 35 años originaria de Manchester quedó en shock luego de que su bronceado terminara muy mal. Resulta que no pudo aplicarse bien la crema solar y terminó con un par de marcas bastante divertidas.
Quería un bronceado impactante y terminó marcada
Leanee había viajado a la playa de New Brighton, Merseyside, durante el verano. El sol era abrasador y tanto ella como su hija creyeron que era un buen momento para relajarse y disfrutar recostadas en la arena, por eso ambas se aplicaron crema para protegerse del sol.
Sin embargo, Leanee explicó que estaba preocupada por sus hombros, así que se aplicó un poco de la crema, pero no de la manera correcta, es decir, esparciendo por toda la zona, sino que simplemente puso sus manos con crema sobre cada hombro y luego se recostó.
Al no frotar la crema totalmente, solo se protegió la zona de la piel con la que sus manos tuvieron contacto directo y después se dio cuenta de que tenía unas manos marcadas en la espalda.
Vivió un momento muy divertido
Lejos de molestarse o llorar, Leanne solo vio el lado divertido de la situación y por eso durante una entrevista explicó:
Le puse crema solar a mi hija. No suelo usarla yo misma, pero aun así, me puse un poco en la espalda y los hombros. Realmente me preocupaban mis hombros. No me bronceo muy seguido, así que no le pedí a nadie que me aplicara la crema.
El lugar en el que había aplicado la crema había funcionado, pero una vez que llegue a casa y me miré al espejo, vi las marcas de manos, ni siquiera sabía que estaban ahí al principio.
Resulta que su hija había estado jugando en la arena y después puso sus manos en su espalda, pero cuando su hermana trató de unificar la crema, simplemente no pudo quitar las marcas de las manos.
Fue en ese momento que pensé: ‘¡Dios mío, ahí es donde me puse la crema solar!’. Era un día muy caluroso, pero habíamos estado en la playa con la brisa del mar, así que no nos dimos cuenta del calor que hacía ni de lo fuerte que era el sol. Ese día, todos fuimos atrapados y quemados. No solo fui yo.
Las personas hicieron comentarios sobre su “bronceado”
Después de regresar a casa y caminar por las calles con su característico bronceado, algunas personas le hicieron comentarios como que sus marcas se veían dolorosas o que si sabía que tenía un par de manos marcadas en la espalda.
Cuando la gente me veía, me señaló, pero me reí de ello. Las personas de mi trabajo también se rieron cuando les conté como sucedió todo y hasta me quité el uniforme para que lo vieran. Pude haber dicho que un hombre alto, musculoso y sexi me abrazó todo el tiempo, pero no iba a ser tan divertido.
Por fortuna, esta experiencia quedó para el recuerdo y como una divertida lección tanto para ella como para el resto de nosotras porque debemos aplicar la crema solar de manera uniforme y no dejar que ninguna niña ponga sus manitas sobre nuestra espalda.