Los niños son ingenuos y muy nobles, todo lo que hacen sale de su corazón y en muy pocas ocasiones lo hacen con mala intención. Para ellos todo es diversión y por eso no piensan en las consecuencias que vendrán después.
Pintan las paredes, rompen cosas, se ensucian hasta las orejas, pero es su forma de explorar al mundo, y debemos admitir que hagan lo que hagan tienen un talento especial para sacarnos una sonrisa hasta en sus peores travesuras.