Cuando has tomado la decisión de salir de casa de tus padres y disfrutar de la libertad con la que tanto sueñas, comienzas a extrañarlos en cuanto llegan los pagos del primer mes, ya que solventarlos puede ser un poco complicado y decidir entre comprar un outfit nuevo y pagar la renta del mes es demasiado frustrante.
Sin embargo, aprendes a administrarte, te conviertes en contadora, plomera, ingeniera, carpintera y hasta psicóloga, y das solución a cada problema que aparece en casa, y cuando consigues ciertos logros sientes dominar el mundo, y cómo no habrías de hacerlo si has puesto todo tu empeño en lograrlo.
1. Cuando logras pagar la renta a tiempo
Sin necesidad de pedir prestado a tus familiares, vecinos o amigos. ¡Buena administración del mes!
2. Cuando ya no necesitas comida rápida
Has aprendido a hacer desde las compras básicas hasta preparar los alimentos. Todo gracias a un montón de tutoriales.
3. Cuando aprendiste a usar la lavadora sin instructivo
Ahora te das el lujo de tener ropa limpia para toda la semana.
4. Cuando encontraste el outfit perfecto
Para la próxima entrevista de trabajo, sin necesidad de consultar a tu mamá. Aunque… ahora lo llevas a cada entrevista.
5. Cuando conseguiste trabajo sin ayuda de tus padres
No es de fiar, te pagan poco, pero por lo menos lo has conseguido con tu propio esfuerzo.
6. Cuando entendiste el sentido de libertad
La idea que tenías de ser libre era totalmente diferente: pensaste en asistir a fiestas, desvelarte, tomar demasiado… pero resultó ser todo lo contrario. Ahora eres menos libre que nunca gracias a tu empleo de tiempo completo.
7. Cuando tus prioridades cambiaron
Ahora eres capaz de dejar de comprar ese maquillaje para dedicarte una deliciosa cena.
8. Cuando aprendiste a resolver tus problemas
No importa si son chicos o grandes, ahora sabes desde coser tu ropa hasta abrir la puerta cuando has olvidado las llaves.
9. Cuando dejaste de lavar vajillas
Fue la mejor sensación del mundo. ¡Que vivan los desechables!
10. Cuando disfrutaste de tu compañía
Has aprendido a disfrutar de un largo baño, una cena lujosa, y en especial a conocerte mejor sin la necesidad de escuchar a nadie más que a tu corazón.